viernes, 1 de octubre de 2010

¿Qué pasa con "Silent Hill"?


Si la película del famoso videojuego Silent Hill es como mínimo pasable, ¿por qué genera tantas discusiones respecto a su calidad? Fácil, convertir un buen juego en una película, es una tarea ardua y titánica en caso de pretender crear algo que merezca la pena. Hay que tener en cuenta que desde el principio se contará con dos tipos de espectadores: los fans del juego y los que lo desconocen; contentar a todos es complicado teniendo en cuenta que a veces lo que funciona en un juego no lo hace en un film, y viceversa. En esta ocasión, yo creo que el director supo salir del enredo dignamente, dejando una película que comparada con el cine de terror actual sale muy bien parada. Debemos valorar a la película como lo que es, alejándola del producto de Konami, pues al igual que sucede con el cine y las novelas, nos hallamos con formas de narrar muy diferentes. Por supuesto, se debe aclarar que la experiencia de jugar e interactuar con el personaje es superior a la hora de sumergirse en la historia, por eso quizá los incondicionales del videojuego se sientan en gran medida decepcionados con el producto final del director francés Christophe Gans.


Las peripecias de una madre que intenta comprender las pesadillas siniestras de su hija adoptada y un pueblo abandonado, en el que llueve ceniza de manera constante porque un incendio subterráneo se desató en las minas de carbón y siguen ardiendo cuando llega la protagonista. Un argumento entretenido con una atmósfera extraída directamente del juego. Los actores cumplen sin llegar a destacar, la música es excelente y algunos diálogos se quedan un poco flojos. Sé que la norma cuando se adapta un videojuego a un film, es que suela terminar en desastre; pero nos encontramos con una de esas raras excepciones que confirman la regla. ¿Es posible realizar una buena película de un juego? Rotundamente sí, aunque sea muy dificultoso. Mario Bros, Doom, Alone in the Dark y un largo etcétera, confirman que la probabilidad de fracaso cuando se emprende un proyecto de estas características es extremadamente alto. Y es que directores como Uwe Boll, aspiran a ser el nuevo Ed Wood. Les insto a que vean Silent Hill y comprueben si se puede colocar a la misma altura que las anteriormente citadas.


Lo cierto es que en el género que nos ocupa abundan numerosos bodrios, así que no era complicado realizar un producto que destaque entre tanta mediocridad. No hablo únicamente de las películas basadas en juegos, pues el cine de terror en general ha sufrido la saturación de todas esas baratijas de miedo para adolescentes, y por tanto los prejuicios a la hora de criticar se normalizan. Particularmente me ha gustado sobre todo la acertada inclusión de Pyramid Head -uno de los monstruos más exitosos del juego- y el ritmo de la historia.
He llegado a leer por Internet lo siguiente: "Algo tan poco artístico como un videojuego no puede generar nunca nada artístico que lo adapte"
Sobra decir que discrepo categóricamente de esa afirmación. Creo que el autor de esas palabras tan deliciosas debería realizar un poco de investigación antes de hablar sin conocimiento, no sólo porque los videojuegos mueven ahora más dinero que el cine o la música; muchos de ellos alcanzan unas cotas de calidad artística más altas que la mayoría de las películas.




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