jueves, 20 de enero de 2011

¿Por qué se estropean tanto los productos?


Siempre me ha resultado muy sospechosa la vida corta de los productos actuales, porque parece que cada vez se estropean más rápidamente en comparación con los de antaño. Yo tengo una Megadrive -una consola de juegos que usaba cartuchos- que funciona perfectamente, y ahora, según me cuentan, las consolas de nueva generación mueren al cabo de unos pocos años, por si fuese poco cuando esto ocurre muestran un aviso que indica su avería -las famosas tres luces rojas-, ¿sabían los de la compañía que iba a pasar y por eso programaron esas luces? ¿Por qué las primeras bombillas que se comercializaron duraban casi un tercio más que las actuales? ¿Por qué desaparecieron del mercado aquellas medias que no sufrían carreras?

Todo esto viene porque hace poco leí un artículo en Internet que confirma mis sospechas, se llama: Fabricados con fecha de caducidad. Las compañías hacen que los productos caros tengan una vida limitada, para que al cabo de un tiempo nos animemos a adquirir un producto nuevo. Casi parece una perogrullada, pero no falta quien afirma que se trata de una falacia. Si levantasen la mano los que no hayan tenido que llevar el ordenador a reparar ni una sola vez, seguro que serían muy pocos. El concepto de "comprar, tirar, comprar tirar", no le va mal a las empresas; pero, ¿a dónde va a parar toda esa chatarra inservible? Con la excusa de ayudar al tercer mundo termina en los grandes vertederos de África, abonando de forma tóxica sus campos.

Es como meter la basura debajo de la alfombra, costumbre muy extendida por todo el globo.

Propongo una idea que se me acaba de ocurrir, en vez de mandar toda esa porquería a África, podíamos enviarla a los platós televisivos de telebasura, esos que hablan de los problemas quiméricos de meretrices televisivas, comercian con la vida privada ajena para aumentar su audiencia, montan historias falsas, obligan a humillarse a la gente por unos billetes en concursos deleznables y se ríen de las desgracias desde su asiento enjoyado, entre otras vilezas de distinta gravedad. Tal vez así, cuando los montones de carcasas de ordenadores obsoletos, las muñecas rotas y los balones deshinchados les lleguen hasta las rodillas, dejen de vomitar ese vapor que pudre las neuronas.

miércoles, 12 de enero de 2011

Soy Leyenda

Portada de Minotauro
"Robert Neville es el último hombre sobre la tierra... pero no está solo. Él es el único superviviente de una guerra bacteriológica que ha asolado el planeta y convertido a cada hombre, mujer y niño en un vampiro sediento de sangre. Su vida se ha reducido a asesinar al máximo número posible de estos seres sanguinarios durante el día y a soportar su asedio cada noche. Para ellos, el auténtico monstruo es ese hombre que lucha por subsistir en un nuevo orden establecido. Todo un clásico en su género, éste es un perturbador relato sobre la soledad y el aislamiento y una reflexión sobre los binomios como normalidad y anormalidad, bien y mal, que se evidencian como una mera convención derivada del temor y el desconcierto ante lo diferente. Richard Matheson ha sido uno de los primeros escritores en convencernos de que los no muertos pueden acechar tanto en un castillo gótico como en la sección de congelados del super. Su influencia en toda una generación de escritores que lo leyeron durante su juventud, como Stephen King y Dean koontz, es legendaria." 


Portada extranjera, me gusta más
la de Minotauro

Richard Matheson sí que se ha convertido en una leyenda al escribir uno de los clásicos más afamados de la ciencia ficción, de nuevo nos encontramos en un futuro distópico, devastado por una guerra y reducido a una parodia de lo que era antes del desastre -parece que a muchos escritores les atrae este concepto, ¿se hará realidad?-, el protagonista, Neville, es un Robinson Crusoe urbano, deberá arreglárselas para sobrevivir en medio de una ciudad muerta donde un montón de "vampiros", acecharán tras cada esquina. Yo conocía al autor por ser uno de los guionistas de Star Trek , cuando descubrí que había escrito un libro con una trama que giraba en torno a una ciudad vacía -cuando hay luz- no pude resistirme a leerlo. Para mí, es una buena novela de ciencia ficción con pequeñas pinceladas de terror, no la sitúo entre las grandes; pero merece la pena leerla. Quizá la única pega que le pondría es una prosa sencilla combinada con una corta duración -179 páginas-, lo que ocasiona una lectura que no durará mucho tiempo. Lo mejor, el final, una moraleja muy actual que no aparece en los filmes.

Una curiosidad: en el juego Silent Hill, una de las calles de la ciudad se llama Matheson Avenue, en honor al escritor. 

Se han hecho tres versiones cinematográficas —hay una cuarta, pero es tan mala que es mejor ni mencionarla—.


Si la memoria no me engaña porque la he visto hace ya mucho tiempo, la de Vincent Price es la más fiel al libro, a pesar de ello, yo me quedo con la de Charlton Heston: El hombre omega. La primera fue rodada en 1964, después en el 71 vino el remake y más tarde rizando el rizo nos encontramos con el remake del remake, el cual posee claros homenajes al primero. La de Will Smith es apta para pasar el rato, está más en la línea del terror que de la ciencia ficción y puede gustarle a los fanáticos de los zombis, una película pasable, ni más ni menos. Hace unas semanas intenté volver a ver la de Vincent Price, pero se me indigestó, la encuentro demasiado monótona. Me gustaría destacar la banda sonora de El hombre omega, porque creo que es la mejor de las tres.

Un tópico en el banco


Necesitaba dinero para hacer unas compras, así que comencé la búsqueda de algún cajero automático que pudiese entregarme un puñado de billetes sin rechistar. No tardé mucho tiempo en encontrar un banco con un par de ellos dentro del habitáculo vigilado por las cámaras incansables, me introduje en su interior desenfundando la tarjeta, dispuesto a amenazar al cajero si hacía falta para que vomitase lo que le exigiese. En mitad de la transacción, escuché una voz que provenía de detrás: "¡Manos arriba, esto es un atraco!". La primera imagen que se formó en mi imaginación, fue la del clásico atracador con la testa cubierta por un pasamontañas, mirada inquietante y actitud hostil. El tipo siguió mascullando palabras que no escuché, perdido en mis propios pensamientos. Opté por probar suerte y girar la cabeza para ver al que supuestamente me iba a dejar sin blanca; sorpresa superlativa, porque no era lo que esperaba. Gorra sucia de lana para el frío, rostro enrojecido por el alcohol, y cuerpo enjuto envuelto en un forro polar arrugado. El borracho del barrio.

Por supuesto, no empuñaba ningún arma salvo un mechero que no funcionaba, pues apoyado en una esquina, tras varios intentos infructuosos de prender un cigarrillo, cambió sus intereses por completo, y me pidió fuego. Ya en ese instante se me había quitado un peso de encima, porque evidentemente lo del atraco era una chanza un tanto desafortunada. Como no fumo, ayudarle en eso era imposible a menos que buscase un par de palos de madera seca, así que para librarme de él, le di un par de euros que se gastaría en el bar más cercano. Me quedé observando su pausado caminar a través del cristal hasta que se perdió de vista, entonces al girarme de nuevo hacia el cajero comprobé que me distraje demasiado tiempo. Se tragó la tarjeta. Justo en ese momento -¿casualidad?- salieron los del banco, que a pesar de tener las luces apagadas se hallaban dentro haciendo vete a saber qué. Yo les comenté lo sucedido, todos nos reímos; pero no me entregarían la tarjeta hasta el día siguiente. ¿Cómo hubiesen reaccionado ustedes ante el "atraco"?

viernes, 7 de enero de 2011

Desesperación


Cuando era adolescente leía a King todo el tiempo, porque lo que más me gustaba en aquella época era el género literario de terror. De todas sus mejores obras guardo muy buenos recuerdos: It, Misery, El resplandor, Cujo, Cementerio de animales, etcétera. Pero la que más me gusta es Desesperación. Me consta que no soy el único que destaca esta obra por encima de las demás, pues en varios foros de libros he leído a un buen número de personas afirmando que era su novela preferida de King. El porqué no lo tengo muy claro, porque con este autor hay mucho donde escoger, quizá sea por mantener al lector interesado y en vilo durante todo el relato, los interesantes personajes muy bien construidos o el misterio que se esconde eficazmente hasta que se desvela.

Sinopsis: "En la interestatal 50, en el desértico y solitario tramo que atraviesa Nevada, un gato muerto ensartado en un cartel da la bienvenida al pequeño pueblo minero de Desesperación. Allí, un policía local poseído por un perverso ser se ha erigido en autoridad suprema y sanguinaria, y elige sus víctimas entre los escasos vehículos que circulan por la carretera. Aquellos que mueren rápidamente son en realidad los más afortunados ya que para los supervivientes, Desesperación se convertirá en el escenario de una horrenda pesadilla... " 

No se trata de la novela más conocida del autor, pero es muy recomendable, dentro de la misma hubo momentos que me parecieron muy Lovecraftianos y divertidos. Desesperación tiene críticas de toda índole, desde gente que afirma sin duda alguna encontrarse ante una obra mediocre, hasta los que como yo, la sitúan muy por encima de otras, porque en ella, al menos, no hay dilatados momentos donde no ocurre nada. Les animo a leerla y sacar sus propias conclusiones, seguro que como mínimo no la dejan hasta terminar las setecientas páginas -en edición de bolsillo-. El autor escribió otro libro titulado Posesión (Los reguladores en inglés), con el seudónimo de Richard Bachman, donde aparecen los mismos personajes en una trama distinta, a mí me gustó mucho menos, aunque también es entretenida.

Unos años atrás hicieron su correspondiente versión cinematográfica, no puedo hablar mucho de ella porque casi la he olvidado; pero sí diré que me resultó amena. Al menos es un poco mejor que la media -eso en el cine de terror no es muy complicado-, y los actores no lo hacen mal; Ron Perlman encaja a la perfección en el papel del policía "trastornado".

Las portadas de Posesión y Desesperación unidas

sábado, 1 de enero de 2011

¿Qué pasa con "La historia interminable"?

Michael Ende, el autor indignado
Seguro que han visto alguna vez una película de fantasía titulada La historia interminable, y hasta puede ser una de sus favoritas, porque les traerá muy buenos recuerdos. Lo cierto es -al menos yo lo creo así- que no se trata de un mal filme, la banda sonora es memorable, los actores cumplen y los efectos especiales artesanales tienen ese toque mágico de la época. Teniendo todo eso en cuenta, ¿por qué no le gustó al autor de la novela? Yo lo averigüé al leer el libro. Si aún no lo han hecho es posible que no comprendan ese disgusto mayúsculo de Ende, pues reitero que la película en sí misma está bastante bien, el problema es que no se encuentra a la altura de la novela. Pues ésta, es una de las mejores obras del género fantástico que se hayan escrito nunca, nada de subcreaciones, hablamos de una historia original llena de mensajes subyacentes que harán reflexionar al lector.

¡Yo soy Atreyu! Pero el de verdad
Cambiaron personajes, se inventaron otros, cortaron la historia a la mitad y ridiculizaron algunas de las escenas más importantes. Verbigracia, la escena de la vetusta Morla, donde no les pareció suficiente con la idea de Ende, y añadieron un poco de "humor" haciendo que la tortuga esté resfriada y llene de mucosidad al protagonista con estornudos de proporciones épicas. Por supuesto, si no se ha leído el libro, todo esto se desconoce, y se puede llegar incluso a defender lo indefendible. A mí se me quedó grabado en la memoria aquel negro con cresta que salía al principio, ¿quién era? Y los actores con cabezas gigantes no tienen desperdicio. La música excelente ayuda un poco, pero no puede camuflar esos cambios extremos, incomprendidos por todos los que conocen la historia real.

¿Tienes un pañuelo?
Muchas veces dije en este mismo blog, que lo que funciona en una novela, puede no quedar bien en un filme y viceversa. Pero todo tiene unos límites, cargarse la atmósfera misteriosa con una inyección de hilaridad superflua es un error; a pesar de que sirva para suavizar algunas escenas que al parecer son excesivamente dramáticas. Creo que Michael Ende se merece -al igual que Tolkien- una obra visual que sea digna de su obra, y ahora que se tienen los medios para conseguirlo, yo estaría a favor de un remake. Eso sí, nada de chapuzas a las que ya estamos acostumbrados u homenajes a una mediocridad, pido que sea fiel al libro, porque un derroche tan titánico de imaginación y originalidad se lo merece.

"La historia inefable"
No es de extrañar pues, que el autor esté en contra de esa creación y haya llegado al extremo de quitar su nombre de la presentación, para que salga sólo al final. Cuando enumeré los cambios entre el libro y la película, eran tantos, que opté por no escribirlos aquí. Les recomiendo que visiten la Wikipedia donde podrán leer la mayoría. ¿Se imaginan algo parecido con El señor de los anillos? Gandalf podría tener mejor humor, haciendo chascarrillos todo el viaje, Frodo no sería un hobbit, sino un humano corriente de baja estatura y los decorados de las minas podrían ser un poco más alegres, con cuadros de dríades bailarinas. ¿Qué pensarían los fans de Tolkien?
Es lógico que a Michael Ende le disgustase tanto un filme que además de olvidarse de la trama original, se dedique a realizar cambios infames por aquí y allá, hasta dejarlo todo casi irreconocible; desde el célebre afiche tremolado en todas partes, a un final ficticio.