Aunque fue complicado ceñirme únicamente a diez, me lo tomé como un reto y aquí están. Quiero dejar claro que no escogí estos libros por ser los mejores que he leído, es decir, me he guiado sólo por mis gustos personales, los cuales pueden tener como preferencia libros de toda índole; desde best-sellers desaforadamente comerciales hasta novelas casi desconocidas.
Décima posición: La regenta
A pesar de su pausado ritmo decimonónico, hay momentos en este libro que son sublimes. Y su final es el que más me gusta de todos los que he leído; inesperado a la vez que descarnado. Cuando leo La regenta siempre tengo la sensación de encontrarme ante uno de los libros mejor construidos, tanto por los personajes como por las trabajadas descripciones; algunas de ellas son capaces de arrancarte de la realidad y transportarte al interior del libro, donde se pueden percibir los mismos sonidos y contemplar los mismos parajes por los que en ese momento se estén moviendo los protagonistas. Al abrir este libro se nos dará la oportunidad de visitar la decadente Vetusta, un lugar en el que puede ocurrir de todo: romances, duelos, traiciones, mentiras, críticas... Tal vez la única traba es el desarrollo lento de la narración, algo que los lectores deberán tener en cuenta antes de acometer su lectura. Sobre todo aquellos que no suelan degustar clásicos. La regenta puede agradar o no, pero es una obra maestra de la literatura.
Novena posición: La defensa
No tengo mucho que decir de ella porque ya la comenté en la entrada anterior. Es una de las pocas novelas que suelo releer; algo extraordinario porque acostumbro a escoger una novela nueva antes que regresar a lo ya experimentado.
Octava posición: El conde de Montecristo
Si Jane Austen escribía sobre el amor, Dumas en esta novela escribió sobre la venganza; retratándola a la perfección. Para mí, es una de las imprescindibles que cualquier lector que se precie debería leer al menos una vez. Indispensable en cualquier biblioteca particular. Dumas, consigue que empatizemos eficazmente con Edmundo, hasta tal punto que somos nosotros mismos los que queremos destruir a esos bellacos. Es curioso comprobar cómo un libro de tantas páginas —un millar—, puede resultar tan corto, porque cuando una narración es tan buena siempre queda una intensa desazón cuando se termina. Para escribir esta historia, Dumas se inspiró en la historia de un zapatero llamado François Picaud, el cual se comprometió con una mujer rica, y sus celosos amigos le acusaron de ser un espía de Inglaterra. Cuando lo encerraron durante siete largos años, un presidiario moribundo le reveló la existencia de un tesoro oculto en Milán. Una vez que recobró la libertad se hizo con él, y pudo así vengarse de sus amigos. A veces la realidad supera a la ficción.
Séptima posición: Almacén de antigüedades
Fue traducida al español con diferentes títulos: La vieja tienda de curiosidades, Almacén de antigüedades y La tienda de antigüedades. En este libro se encuentra un personaje magnífico, capaz de despertar humor y simpatía en una escena, para generar un rechazo inmenso en la siguiente. Se trata de Daniel Quilp, un enano terrible, retorcido y malicioso. No se dejen engañar por su condición, se trata de uno de los mejores villanos que ha dado la literatura. Sólo por su presencia ya merece la pena que tengan en cuenta esta obra. A mí una vez me sirvió de inspiración para crear a cierto personaje que era tan malvado como astuto. Además la trama es muy digna y tiene una buena capacidad para atrapar al lector, tanto, que en su época fue unas de las obras más célebres y la gente se aglomeraba en los puertos esperando la siguiente entrega. A mí personalmente es el libro que más me atrae del autor, quizá porque fue el primero que leí de él; sin embargo, considero que no es su mejor obra.
Sexta posición: Moby Dick
«¡Por allí resopla!». De la venganza mostrada magistralmente en El conde de montecristo, pasamos al odio más absoluto, y cómo éste puede conducir a la perdición. Moby Dick, la gran ballena blanca que fue capaz de despojar a Ahab de su pierna, será el objetivo. El capitán podría haberse olvidado del agravio y continuar con su vida; pero eso le resultará imposible, y no dudará a la hora de arrastrar a todos hacia una desgracia inevitable. Toda esa historia es muy cautivadora; sin embargo, además de pasárselo bien con ella, el lector podrá aprender las costumbres que había en la vida marinera de la época. Ya que la caza de ballenas está muy bien descrita. Esta obra también fue inspirada en un hecho real, un ballenero que se llamaba Essex fue atacado por un cachalote, después del ataque solamente sobrevivieron ocho tripulantes, de los cuales dos se atrevieron a narrar el suceso, del que Melville tuvo conocimiento. Sobra decir que esta obra es una de las que perdurarán en el tiempo a lo largo de los siglos.
Quinta posición: El proceso
De todo lo que escribió Kafka
, El proceso siempre ha sido lo que más he disfrutado, porque en muchas ocasiones me sentí igual que el protagonista. Sobre todo a la hora de lidiar con funcionarios y sistemas incompetentes que pueden transformar una simple búsqueda de un impreso, en una odisea digna de los aventureros más recios de la fantasía épica.
El proceso, es un relato que impregna a la realidad de una agobiante atmósfera onírica, atrapando al protagonista en un bucle sin fin, en el que no podrá escapar de la larga sombra judicial debido a un delito que ni siquiera conoce. ¿Cómo se lucha contra algo que no se puede ver? ¿Cómo evitar ahogarse en un océano de frustración e impotencia? En 1962 Orson Welles osó llevar esta novela al cine, aunque ha sido machacada por la crítica numerosas veces, a mí me entretuvo. Además, a diferencia de otras películas, ésta es lo suficientemente fiel a la novela.
Cuarta posición: La serpiente Uróboros
Cuando pienso en fantasía épica, el primer autor que siempre me viene a la mente es Moorcock, porque cuando leo ese género, lo que más me gusta es recrearme en los combates fácilmente resueltos por un héroe muy poderoso; igual que en las epopeyas clásicas. Nada de canciones cada cinco minutos, romances interminables o personajes que se creen más importantes de lo que son; lo que busco es violencia, imaginación y una prosa sencilla. Por lo tanto, mi primer impulso fue colocar aquí la trilogía de Corum; pero luego recordé que este libro, escrito antes que El señor de los anillos, me atraía más que las novelas de Moorcock —cada cual con sus gustos—, Eddison creó una historia heroica deliciosamente simétrica, cíclica y singular; todo aderezado con algunas pinceladas de mitología griega. Aunque carece de una prosa tan buena como otros, y los nombres de lugares y personajes dejan bastante que desear; este es otro de esos libros que, junto con La defensa, me gusta releer de vez en cuando.
Tercera posición: Yo, robot
Me ha costado mucho decidirme por una novela de entre todas las que he leído de ciencia ficción, sobre todo porque hay muchas que superan a ésta en calidad. Pero me divertí más con Yo, robot, un conjunto de historias fascinantes sobre robots y su interacción con la sociedad . También me lo pasé en grande con muchas otras novelas suyas. Y no todas necesariamente iban de robots y sus posibles relaciones futuras con humanos; en la siguiente entrada hablaré de una novela que se aleja bastante del estilo asimoviano. Las influencias de este escritor se han dejado ver en cientos de obras literarias y televisivas. Por mencionar una, el teniente comandante Data de Star Trek, el cual lleva un cerebro positrónico y parece regirse por las tres leyes de la robótica escritas por Asimov, a saber:
- Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
- Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
Respecto a la película que ha hecho Will Smith, como se suele decir, mejor correr un tupido velo.
Segunda posición: La historia interminable
Yo soy uno de esos que antes de leer el libro vio el filme; no era algo complicado, pues en mi época estaba muy de moda, y si eras un niño había muchas probabilidades de que lo terminases viendo, ya sea por una reposición o un alquiler de videoclub. Resultado: muchos obviaron la novela. Un caso similar podemos encontrarlo con la trilogía de Tolkien, la cual ha caído en ventas desde que ha sido emitida en el cine. Imagino que un pensamiento popular debe ser: «ya la he visto, para qué leerla». Una lástima, porque al menos la adaptación de El señor de los anillos no está tan mal; pero la obra de Ende ha sido ninguneada en la pantalla grande. Del libro se puede decir que es original, magistral, divertido e inolvidable. Henchido de situaciones diversas que harán las delicias de cualquiera que se atreva a adentrarse en el universo creado por Ende. Se titula La historia interminable por un motivo; pero yo encontré otro, es una novela tan buena que siempre subsistirá en la memoria de sus lectores.
Primera posición: La sombra del ciprés es alargada
Delibes es uno de los pocos escritores que nunca me han decepcionado, todo lo que he leído de él me entusiasma; pero esta novela va más allá, en ella pude encontrar ciertas similitudes entre mi personalidad —cuando era más joven— y uno de los personajes. Delibes me enseñó que debía afrontar el camino que el tiempo nos impone desde otro punto de vista. Es decir,
La sombra del ciprés es alargada marcó un antes y un después en mi manera de ver las cosas, por ello, creo que se merece el primer puesto. ¿Nunca han leído algo que les mostrase una lección estimable? Hay muchas novelas que sacian el ocio, pero pocas que te regalen un valioso consejo que te pueda ser realmente útil. Y ésta es una de ellas. Eso ya sería un motivo de sobra para leerla; sin embargo, hay que añadir una prosa sublime y un argumento inolvidable.
Y estas diez novelas son las que más me gustan, no las que considero mejores, pues sé diferenciar entre mis propios gustos personales y la calidad. Hacer esta lista ha sido todo un reto, porque he tenido que dejar en el tintero demasiados títulos. Por supuesto, todos los que he dicho no son inamovibles, la lista puede variar mucho en los años venideros. Un saludo y gracias por leerme.
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Daniel Quilp. Rey de villanos.
La maldad personificada |
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