No tengo problemas con la space opera, porque he visto muchas series y películas de ese género que me resultaron entretenidas. Hay quien defiende la épica espacial con ahínco, enfrentándola a la inocua especulación científica. Yo, por el contrario, creo que sagas como Star Wars se bastan solas para sobrevivir: al ofrecer un mayor espectáculo conectan mejor con su público, en el que me incluyo. Así que prefiero defender al débil, pues frecuentemente me llegan noticias como la que viene a continuación.
Defying Gravity, o Gravedad cero, como la han traducido aquí, es una serie en la que ocho astronautas deben viajar a través del sistema solar durante seis años. Al principio todo parece normal en la nave Antares, pero los tripulantes pronto son asediados por inquietantes alucinaciones: compañeros fallecidos, llantos de bebé...
Aunque esta serie no destaca por su guión, sabe atraer a un determinado tipo de espectadores, los cuales se han quedado terriblemente decepcionados cuando la cancelaron antes de terminar la primera temporada. Ni siquiera se tomaron la molestia de crear un final prematuro —eso no sería sencillo, hay que reconocerlo—, y el último episodio no concluye nada.
Me enteré de esto de la peor manera posible: enganchándome a ella sin saber cómo acabaría el asunto. Imaginad mi sorpresa al leerlo en internet justo después de ver el «final». No es la primera vez que algo de estas características fracasa, ya que lo que ofrece gusta a un grupo minoritario. Si además añadimos que la trama está carcomida por un montón de dilatadas escenas retrospectivas; escenas que interrumpen la parte más aventurera, el desastre es inminente. Sin embargo, servían para profundizar en la historia de cada tripulante de la nave.
Os aconsejo que no la veáis, porque es frustrante que la hayan mutilado en el mejor momento.
Defying Gravity, o Gravedad cero, como la han traducido aquí, es una serie en la que ocho astronautas deben viajar a través del sistema solar durante seis años. Al principio todo parece normal en la nave Antares, pero los tripulantes pronto son asediados por inquietantes alucinaciones: compañeros fallecidos, llantos de bebé...
Aunque esta serie no destaca por su guión, sabe atraer a un determinado tipo de espectadores, los cuales se han quedado terriblemente decepcionados cuando la cancelaron antes de terminar la primera temporada. Ni siquiera se tomaron la molestia de crear un final prematuro —eso no sería sencillo, hay que reconocerlo—, y el último episodio no concluye nada.
Me enteré de esto de la peor manera posible: enganchándome a ella sin saber cómo acabaría el asunto. Imaginad mi sorpresa al leerlo en internet justo después de ver el «final». No es la primera vez que algo de estas características fracasa, ya que lo que ofrece gusta a un grupo minoritario. Si además añadimos que la trama está carcomida por un montón de dilatadas escenas retrospectivas; escenas que interrumpen la parte más aventurera, el desastre es inminente. Sin embargo, servían para profundizar en la historia de cada tripulante de la nave.
Os aconsejo que no la veáis, porque es frustrante que la hayan mutilado en el mejor momento.