Esta serie, conocida en España como Ninja Kabuto, fue emitida en Telecinco durante los lejanos años noventa. No duró mucho en antena, pero creo —no estoy seguro— que llegó a emitirse en su totalidad. Yo fui uno de los afortunados que pudo verla, al menos una parte de ella, y jamás la olvidé del todo; recordaba a un hombre rojo de luenga nariz, a una misteriosa espada que hablaba y a un ninja con la capacidad de volar. También tenía alguna reminiscencia sobre un castillo flotante lleno de demonios, imagen que fue exaltada por mi imaginación.
No disponía de internet en aquella época, así que Kabuto se esfumó durante casi dos décadas, perdí su rastro y no supe más de él... hasta hace unos meses, cuando me interesé por averiguar cómo eran exactamente aquellos dibujos de ninjas.
Fue una búsqueda complicada porque ya no sabía el nombre de la poco conocida serie; sólo intuí que esa nariz roja debía pertenecer a una criatura mitológica japonesa, seguramente un oni. Después de indagar por la red, encontré lo que quería: un demonio llamado Tengu. Eso me llevó hasta el Karasu Tengu, y lo demás vino por sí solo; pasados cinco minutos, volvía a ver una de las series de animación que más me fascinaron en la infancia. Me habría encantado descargar los episodios, pero no hallé dónde hacerlo; por suerte, alguien está subiéndolos a youtube. Ahora mismo pueden verse los diez primeros.
Aunque no ha llegado a decepcionarme, he de admitir que es muy distinta a lo que recordaba. Cosas del tiempo y los cambios que produce en nosotros. Lo bueno es que sigue siendo igual de entretenida: los onis pegan fuerte, el dragón-esvástica impresiona y al castillo flotante aún no se le acabaron las pilas.
Antes de que alguien lo pregunte: no, no se trata de un malévolo dragón nazi; la esvástica es un símbolo muy antiguo, milenario. En los libros de Kipling, verbigracia, aparecía una sauvástica, que es muy similar —sus brazos están en sentido inverso—. Debido al inminente movimiento nazi, Kipling ordenó que la retirasen porque alguien podría pensar mal.
Como he leído a un montón de gente preguntando por la serie, dejo este artículo en el blog. Quizá le sirva a alguien para hallar al venerable guerrero tengu y sus cuatro fuerzas del bien, guardianes que lo ayudan a frenar la inmensa ola de maldad. ¿Conseguirán vencer a los secuaces demoníacos de Doki?
Lo que no lograron derrotar, desde luego, fue la moralina de los censores: en México, dicen algunas páginas, no permitieron que se viese ni una semana. Aquí duró más, pero dudo que haya habido una reposición. ¿A qué viene tanto miedo? ¿Es por la trama violenta? ¿Porque salen mujeres semidesnudas? Si es lo último, ¿qué daño puede hacer eso en un crío? «Oh, una chica semidesnuda; ahora debo tirarme por la ventana».
Sería gracioso, realmente gracioso, que la censurasen por el pobre dragón...