viernes, 26 de noviembre de 2010

Una disyuntiva en el autobús


Más de tres años me separaban de la última vez que había tomado el digno transporte urbano, prefería caminar, ya que la alternativa de tomar el coche o el autobús, significaba eludir ese ejercicio necesario para evitar convertirme en un ent. Pero debía ir a un lugar remoto y no tenía ganas de conducir, así que por una vez opté por dirigirme hacia esa parada nueva y brillante que habían colocado recientemente; incluso tenía una especie de indicador moderno que marcaba con precisión los minutos que faltaban para que llegase el número que debía tomar. En cuanto llegó el gusano humeante subí seguido por una cola de personas silenciosas, como la mayoría de los asientos estaban libres, no hubo ningún problema; cada individuo ocupó su trono de plástico duro atestado de arañazos, chicles y algún que otro garabato impúdico. El pasillo se quedó vacío permitiendo que una agradable brisa viajase a través de las ventanas, era el inicio de un sueño confortable que pronto se convertiría en un infierno que incluso a Dante haría temblar. Según avanzaban las paradas, el gusano devoraba más y más personas, sus entrañas se llenaban tanto que escoraba hasta dar la sensación de que volcaría en cualquier momento. Resistí como pude en mi asiento, apretado contra el cristal de la ventana con la sensación de que saldría disparado atravesándola. Afortunadamente esa situación no duró mucho tiempo, porque la mayoría de las personas se bajaron cinco minutos después; supongo que tomaron el transporte para viajar esos pocos metros imposibles de recorrer dando un par de pasos. Entonces vino una situación inopinada que no había previsto, una señora de edad avanzada -vieja, para qué usar eufemismos-, pagó su billete y enfiló hacia mí dando tumbos, sus ojos eran dos lanzallamas que incineraban a todo el que osase desafiar su mirada. En ese instante comprendí: quería mi asiento, o el de cualquier otro.

En mis hombros aparecieron esos dos personajillos que representaban un ángel y un demonio, los ignoré porque ya estaban muy vistos y me quedé inmóvil con la vana esperanza de que alguien cediese su sitio sagrado. Nadie lo hizo y pronto nos arrepentiríamos de esa decisión, pues esa señora con una facilidad pasmosa formó un frente revolucionario en medio del autobús junto con otras de su misma edad; objetivos: voces estentóreas que denunciaban a la mala juventud de hoy, que no se levantaba, e insultos varios demasiado zafios para referirlos aquí. A pesar de ello, como mis escrúpulos me golpearon una y otra vez,  pasé el resto del viaje incómodo, pensando en la felonía que acababa de cometer. Como ya dije antes, debía ir muy lejos; aún me quedaba un cuarto de hora hasta llegar a mi destino. Subió entonces una señora que usaba muletas con bastante dificultad, daba la sensación de que caería de morros en cualquier momento, así que en esa ocasión no dudé, levantándome con una media sonrisa le cedí gustoso el sitio. Me miró de hito en hito de la misma manera que la anterior a la que no quise cederle el asiento y no se sentó, era demasiado orgullosa para ello; "no soy tan vieja" pensaba con toda seguridad. Tras rechazar todas las ofertas de sentarse que le fueron ofrecidas, se situó en medio del pasillo molestando a todos los que intentaban circular por él. Yo contemplaba todo eso con incredulidad, y cuando me dispuse a sentarme de nuevo, ¡horror! el trono ya estaba ocupado por un joven artero que no dudó ni un instante en conquistar mi lugar. Por si fuese poco, desde las filas de atrás me señalaban y murmuraban. No esperé a mi parada, me bajé cuanto antes de ese gusano con ruedas para respirar con calma aire puro. Cuando llegó el momento de volver al hogar no lo pensé ni un instante..., tomé un taxi.

Todo lo relatado aquí es verídico. No me volverá a suceder, porque no pienso volver a tomar el autobús. Un saludo a los que me leen, y tengan un buen fin de semana.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cómo no escribir una novela


¿Han pensado alguna vez en escribir una historia que supere las 60.000 palabras? Entonces quizá les convenga comprar este libro, porque en tono de humor, irá comentando uno por uno doscientos errores que se suelen cometer cuando se emprende el viaje de las letras. Los dos autores tienen mucha experiencia como editores, críticos, escritores y profesores de escritura creativa.

Muchos afirman que realizar un libro está al alcance de muchos, y tienen razón; pero deben tener en cuenta que a pesar de que todos podemos correr, pocos vamos a estar en las olimpiadas. Sin olvidar que la disciplina necesaria para rellenar todas esas hojas de letras no es poca precisamente, y siempre cabe la posibilidad de que los editores rechacen la obra, ya sea por un fallo de los cientos que se pueden perpetrar o porque simplemente no les interesa; es decir, escribir una novela debe ser por gusto, nunca por dinero. Citando a Dragó: "escribir no es una profesión, es una vocación, y el verdadero escritor continuará realizando su tarea incluso en una isla desierta", por mi parte me he cansado de ver a muchos autores publicar o en el peor de los casos autopublicar un libro, y desinflarse por no obtener esas ventas que tanto anhelaban.

Si a pesar de lo dicho aún estás interesado en embarcarte y surcar el océano literario, tal vez sea conveniente que compres "Cómo no escribir una novela", pues señalará los fallos más básicos. De todos modos yo me atrevería a decir que leyendo un poco, la mayoría de ellos no se deberían cometer; verbigracia, el clásico villano relatando sus planes infames a los protagonistas o introducir mensajes controvertidos en el relato. Recuerden que algunas opiniones no van a coincidir con todo el mundo, una novela que niege la realidad de Auschwitch lo va a tener complicado para publicarse. De todas formas seguro que alguno de esos 200 errores no los habían tenido en cuenta y les sirvan; en caso contrario, se divertirán gracias a los párrafos hilarantes escritos por los dos autores. Yo al menos me lo pasé bien leyéndolo.

Datos del libro:
Autores: Howard Mittlelmark y Sandra Newman
Páginas: 306
Encuadernación: Rústica
Editorial: Seix Barral
Precio: 18 euros
Y ahora hombre araña te contaré mis intenciones

sábado, 20 de noviembre de 2010

El principito


Un curioso relato escrito expresamente para los más pequeños; pero del que los adultos también pueden extraer muchas ideas interesantes que pueden ser interpretadas de distintas maneras. Fue escrito por un piloto de aviación francés: Antoine de Saint-Exupéry. Durante uno de sus viajes tuvo un accidente en la parte de Libia del desierto del Sáhara, tanto él como su acompañante -el navegador- sobrevivieron; sin embargo, sufrieron los estragos de la deshidratación y ambos experimentaron alucinaciones visuales y auditivas. En el libro, un piloto que también tiene un accidente en el desierto se encuentra con el principito, ¿casualidad? Desgraciadamente el autor desapareció durante una misión a bordo de un Lockheed P-38 Lightning, a la temprana edad de cuarenta y cuatro años. Su legado aún perdura hoy, encerrado en unas páginas maravillosas que narran uno de los cuentos más célebres de la literatura.


Se ha meditado mucho sobre los múltiples mensajes que pueblan las líneas del texto, y no hay consenso sobre el verdadero significado de la mayoría. Mediante la prosopopeya típica de los cuentos, el escritor crea personajes a partir de una flor efímera o un zorro astuto, el cual le dice al principito una frase muy conocida entre las personas que han leído la obra: "He aquí mi secreto. Es muy sencillo. Consiste en que no se ve bien sino con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos". El libro tiene abundantes frases que nos harán cuestionarnos el comportamiento de los adultos, conseguirá que visualicemos nuestra transición de la infancia a la madurez, y veremos en lo que nos transformamos caminando por esa senda que nos impone el padre tiempo. Todo eso, en apenas cien páginas y con una prosa sencilla destinada a los niños, demostrando que no hace falta recurrir a lo ampuloso para transmitir ideas que hagan reflexionar al lector.


Sinopsis:
"En esta serie, un aviador —Saint-Exupèry lo fue— se encuentra perdido en el desierto del Sáhara, después de haber tenido una avería en su avión. Entonces aparece un pequeño príncipe. En sus conversaciones con él, el narrador revela su propia visión sobre la estupidez humana y la sencilla sabiduría de los niños que la mayoría de las personas pierden cuando crecen y se hacen adultos.
El relato viene acompañado por ilustraciones dibujadas por el autor.
El principito vive en un pequeño planeta, el asteroide B 612, en el que hay tres volcanes (dos de ellos activos y uno no) y una rosa. Pasa sus días cuidando de su planeta, y quitando los árboles baobab que constantemente intentan echar raíces allí. De permitirles crecer, los árboles partirían su planeta en pedazos.
Un día decide abandonar su planeta, quizás cansado de los reproches y reclamos de la rosa, para explorar otros mundos. Aprovecha una migración de pájaros para emprender su viaje y recorrer el universo; es así como visita seis planetas, cada uno de ellos habitado por un personaje: un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero y un geógrafo, los cuales, a su manera, demuestran lo vacías que se vuelven las personas cuando se transforman en adultas.
El último personaje que conoce, el geógrafo, le recomienda viajar a un planeta específico, la Tierra, donde entre otras experiencias acaba conociendo al aviador que, ya habíamos comentado, estaba perdido en el desierto."

La novela escoge entre algunos arquetipos de la sociedad actual, enfrentándolos a la lógica aplastante del protagonista, que no entenderá por qué un rey quiere gobernar lo ingobernable o por qué un borracho no deja de beber. Además contiene una vehemente crítica al materialismo propio de los mayores, que muchas veces juzgan la belleza de un objeto por lo que cuesta. Las lecciones morales que contiene este relato, pueden llegar a golpearnos inopinadamente en cuanto las descubrimos; para el principito, la rosa que posee es muy valiosa porque sólo existe una en todo su diminuto planeta, cuando el piloto la desprecia explicando que se trata de una planta anodina, el principito se enfada, pues para él, esa flor, la única que tiene, es evidentemente muy importante. En esa parte, el autor le da un buen azote a la empatía atrofiada que asola el mundo contemporáneo. Estamos ante uno de esos libros que merece la pena no perderse antes de escribir el último verso de nuestra existencia; se puede leer en una hora escasa y seguramente la primera vez que lo hagan, no será la última. Hay una versión cinematográfica de 1974, no la he visto y a pesar de ello no aconsejaría hacerlo antes de leer el libro. Tuvo un par de nominaciones al oscar gracias a la música.

Por último, voy a advertir que la edición de Publimexi puede ser muy económica, pero adolece de tener faltas ortográficas por doquier. Recomiendo comprar cualquier otra versión aunque sea más cara. Merece la pena. Un saludo a todos esos niños que están encerrados dentro de vosotros.


miércoles, 17 de noviembre de 2010

David Copperfield


Charles Dickens es sencillamente uno de los mejores escritores de la literatura universal; y con esa frase ya podría terminar la reseña, porque debería ser un motivo más que suficiente para leer David Copperfield, el "hijo favorito" del autor. La propia sinopsis del libro nos cuenta que Dostoievski lo leyó cuando estaba aprisionado en Siberia; Henry James, recordaba que de niño se escondía bajo una mesa para escuchar a su madre leerlo en voz alta, y Tolstói la consideraba el mayor hallazgo de Dickens, y decía que el capítulo de la tempestad es el patrón por el que debería juzgarse toda obra de ficción. Lo que es indiscutible, es que nos encontramos ante uno de esos libros que merece la pena leer al menos una vez.

La prosa es muy equilibrada, descripciones que hacen avanzar la historia salpicadas de abundantes diálogos, la riqueza de vocabulario es la justa, lo suficiente para leer con comodidad y -posiblemente- aprender unas pocas palabras nuevas; esto permite terminar el libro rápidamente a pesar de sus numerosas páginas. Para mí, es ese equilibrio en la prosa y estructura lo que hace a Dickens uno de los grandes, junto con la historia, por supuesto. No se dejen intimidar por el millar de páginas que tiene la edición de bolsillo, es un relato que se puede leer en poco tiempo. El autor fue publicándolo por entregas mensuales entre 1849 y 1850, el propio Dickens dice en un prólogo: "de todos mis libros, éste es el que más me gusta".

La historia es narrada en primera persona por el mismo David Copperfield, que va contando al lector todo lo que le aconteció desde la infancia, que estará marcada y encorsetada por los mayores que le rodean, pues intentarán decidir su destino sin tener en cuenta al protagonista. En la escuela conocerá a su primer amigo, el clásico chico deslumbrante al que todos admiran, un personaje muy real y que terminará por sorprender al lector. Luego, Copperfield tomará algunas decisiones equivocadas en su vida, cegado por sus propios sentimientos. Tal vez esta novela se encuentre influenciada por la vida del autor, que se vio obligado a trabajar en una fábrica de betún para calzado cuando tenía 12 años, en jornadas diarias de 10 horas.


Todos los personajes del libro se encuentran bien caracterizados y conseguiremos empatizar con ellos, o incluso odiarlos en caso de que lo merezcan. Normalmente no comento las portadas de los libros, pero en este caso voy a hacer una excepción porque la edición de bolsillo tiene una bastante chabacana según mi opinión. Juzguen ustedes mismos:


Por si fuese poco, las tapas tampoco es que rebosen calidad, son demasiado endebles hasta para una edición barata de estas características. A pesar de ello, el contenido sigue siendo tan bueno como en la mejor de las ediciones. Una novela excelente, de un escritor excelente.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Conan el bárbaro y el nuevo Conan


Si "Conan el bárbaro" es un gran filme, con un casting envidiable, un director genial y una de las mejores bandas sonoras del cine. ¿Por qué hacen un remake? Las tan temidas comparaciones odiosas van a ser inevitables, y superar al clásico se me antoja una tarea complicada. Para crear algo digno de lo que legó Arnold ante las cámaras, va a hacer falta bastante más que unos cuantos efectos especiales informáticos y una dura banda sonora al estilo de "Furia de titanes". En la época de "Conan el bárbaro", aún se usaban los  efectos artesanales que le daban ese aire tangible a la gigantesca serpiente hidráulica, no como esas de "Anaconda", que parecían dibujos animados superpuestos que se recortaban con el entorno real que los rodeaba. En estos tiempos en los que se lleva crear un blockbuster palomitero que dé una explosión de beneficios, da lo mismo engendrar un filme que perdure en el tiempo como Blade Runner -por ejemplo-, lo que importa es llenar los bolsillos y a otra cosa.


El creador de Conan, Robert E.Howard, era amigo de Lovecraft. Eso explica que en algunos de los relatos de Howard, los personajes se encuentren con criaturas ideadas por Lovecraft y viceversa. Dichas criaturas y la vetusta civilización que rodeaba las historias del bárbaro, -aunque la mayoría de las novelas fantásticas se basan en mundos medievales, las de Howard no, eso le da algo de originalidad- transmitían una sensación de misterio que aumentaban el atractivo de la trama. El director John Milius supo llevar al cine con maestría a un Conan que todavía se recuerda hoy con nostalgia, y la frase de Nietzsche que da comienzo al filme es ya archiconocida: "lo que no nos mata nos hace más fuertes". Me da miedo pensar en lo que vayan a hacer ahora, con la moda de lo políticamente correcto y los guiones flojos plagados de espectacularidad comercial. Espero equivocarme y que hagan un producto honrado, con buenos diálogos y decorados que reflejen ese aire ancestral que se respira a cada momento en que Conan visita un nuevo lugar. A ver en qué acaba esto, ¿pasará desapercibido en taquilla? ¿Superará al clásico?


Cuando hablamos del Conan que Arnold encarnó, nos referimos a un ícono del cine, una referencia para toda una generación que vivió junto con el bárbaro una aventura que no olvidaron, incluso algunos escritores se inspiraron gracias a esas melodías impresionantes de Basil Poledouris. Creo que hacerlo volver al cine, puede convertirse en uno de los mayores errores del celuloide, en caso de que no lo hagan con el respeto merecido.

Además de "Conan el bárbaro", hay otras dos películas en las que aparece Arnold, "Conan el destructor" y "El guerrero rojo"; pero son inferiores a la primera mencionada. Nunca he sido muy cinéfilo; sin embargo, echo de menos aquellas películas de los ochenta y noventa, que a pesar de no tener los medios de ahora, derrochaban imaginación. Más adelante espero ir comentando las que más me gustaron. Ojalá pudiese construir una máquina del tiempo con un De Lorean y poder revivir aquellos días.
 

Crom, jamás te había rezado antes, no sirvo para ello; nadie, ni siquiera tú recordarás si fuimos buenos hombres o malos, por qué luchamos o por qué morimos, no, lo único que importa es que dos se enfrentan a muchos, eso es lo que importa, el valor te agrada Crom, concédeme pues una petición, concédeme la venganza, y si no me escuchas, ¡vete al infierno!

viernes, 12 de noviembre de 2010

La casa de los amores imposibles


Sinopsis:
Las mujeres laguna han cargado con una terrible maldición desde el principio de su linaje: una tras otra sufren mal de amores y sólo dan a luz niñas que perpetúan esta cruel herencia. Pero cuando después de décadas de pasiones prohibidas y amores trágicos nace el primer varón, se abre la puerta de la esperanza. ¿Será éste el fin de la maldición? 

Es la primera novela para adultos de Cristina López Barrio. Este libro se encuentra impregnado de una pátina misteriosa que recuerda a los cuentos y está lleno de metáforas, a pesar de que la mayoría de ellas son magníficas; quizá abuse un poco, porque los lectores a veces se muestran confusos. El vocabulario que usa no es muy rico, esto hace que la historia se pueda leer cómodamente sin que se convierta en un combate entre el lector y el diccionario, aunque por otro lado, existe la posibilidad de que no se aprenda ninguna palabra nueva. Las descripciones son amplias; pero fluidas, y hacen avanzar la historia, ésta se desarrolla rápido porque debe abarcar varias generaciones de mujeres, en otro caso nos encontraríamos ante un libro bastante más grueso.

Es un relato grato y entretenido, lleno de romances frustrados y de personajes entrañables que están muy bien trabajados, incluso los secundarios; pertenece a ese género denominado "realismo mágico". También están presentes la venganza y las miserias humanas, que pueden llegar a sorprender por su dureza. A mí el libro me ha gustado a pesar de que este tipo de historias no suelan agradarme, posiblemente me halle ante la excepción que confirme la norma y espero que no sea lo último que escriba esta autora, que ha reconocido las influencias de la literatura latinoamericana -Cristina afirma que Cien años de soledad marcó para ella un antes y un después- y de poetas españoles como Antonio Machado, Luis Cernuda o Federico García Lorca.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Dragó y sus nínfulas


Cuando se habla sobre Fernando Sánchez Dragó sobran las presentaciones, así que voy a ir directamente al grano. Me cae mal, diría que es demasiado egocéntrico y además se cree en posesión de la verdad absoluta; por si fuese poco, muchos de sus fans le dan sin dudarlo el estatus de habitante del monte Olimpo, dándole la razón a todo aquello que diga.

Decía Miguel Delibes en El príncipe destronado: 
"Si en esta vida ves antes la paja en el ojo ajeno que en el propio, serás un desgraciado. Lo primero que has de aprender en este mundo es a ser imparcial. Y lo segundo, a ser comprensivo. Hay hombres que creen representar la virtud y todo lo que se aparta de su juego de ideas supone un atentado contra unos principios sagrados. Lo de los demás es circunstancial y tornadizo; lo de ellos, intocable y permanente. Si te enrolas en su juego de ideas, tendrás personalidad, de otro modo serás un botarate."

Una vez que he dejado claro que este señor tiene opiniones y costumbres que a veces difieren con las mías, diré que a pesar de ello me parece terrible lo que han hecho con él los medios y algunas librerías. Puede que me equivoque porque yo a diferencia de Dragó me equivoco, y mucho; pero no me parece bien que se intente censurar algo sólo porque nos parezca abyecto -que lo es-, me refiero, por supuesto, a las palabras que Dragó dedica en su último libro a las dos lolitas japonesas. Tenemos que aprender a diferenciar entre el autor y su obra, muchas veces ocurre que ese señor al que estamos leyendo tiene unas opiniones o costumbres en la vida real con las que discrepamos enérgicamente.  Si empezamos a tener eso en cuenta, deberemos tirar a la basura un buen montón de libros, ¿novelas de Lovecraft? Tírelas a menos que sea racista como él; ¿Carroll? Menudos picnics se montaba con niñas; y esas poesías de Antonio Machado mejor quémelas, ¿o acaso desconoce que se casó con una menor?

Con todo eso no quiero decir que comulgo con tales conceptos, solamente que vida y obra, son cosas distintas, recuerden los problemas de Nabokov cuando la gente no supo diferenciar ficción de realidad. A pesar de que lo desmintió, desconozco si lo que dijo Dragó acerca de esas niñas sea verdad o no, ya saben que aquí en cuestiones de sexo la incredulidad está a la orden del día y quizá el insigne escritor -que tonto no es- se aprovechó de ello. El caso es que el libro ha sido retirado de algunas librerías, y se rumorea que Dragó será expulsado de Telemadrid. La censura nunca es buena, supongo que no hace falta que repita la manida cita de Voltaire. Estamos abriendo una puerta que lleva a prohibir y censurar todo aquello que no nos guste, en este caso un libro para adultos que cuenta algo escabroso, qué quieren que les diga, he leído novelas con escenas mucho peores que la de esa "bestia demoníaca" literaria; eso sin comentar todos los textos enfermizos que leo por la red sin que nadie se rasgue las vestiduras por ello.

Comencé explicando que Dragó me cae mal, eso es verdad y los que me conocen en persona lo saben; pero eso no fue un óbice para que leyese dos de sus libros y me gustasen. Hagan la prueba, a lo mejor se llevan una sorpresa. Yo por mi parte espero que no quiten Las noches blancas de la televisión, porque andamos bastante escasos de programas de esa índole y desbordados de telebasura, que por cierto, es una gran falacia donde un grupo de famosos se tiran los trastos a la cabeza para crear polémica y abrazarse a las cámaras como una rémora. Quizá ese fue el error de Fernando, intentar darnos una lección con sus costumbres orientales, sin tener en cuenta que hay vampiros sueltos esperando para hincarle el diente. No lo sé, lo que sí sé, es que se debe respetar la obra de un autor a pesar de su vida. Y evitar en la medida de lo posible, una censura que nos puede llevar de la mano hacia la conocida distopía de Bradbury.

Si discrepan conmigo en este asunto, no tengo ningún problema en que quede reflejado en los comentarios siempre y cuando se haga con buena educación.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El difunto filántropo


Sinopsis:
Una bala en la cabeza, un navajazo en pleno corazón.
Un tal Emile Gallet, viajante de comercio que se movía bajo un nombre falso, es asesinado en un hotelito de Sancerre. No parece haber motivos; nadie a visto ni oído nada. "Un mal asunto", decía el colega de Maigret, "nada a que agarrarse. En fin, la investigación más decepcionante que uno pueda imaginar".
Maigret aborda de mal humor este caso inverosímil y embrollado. Pero ese muerto aburrido y trivial crece a ojos vistas, y su personalidad va trasnformándose hasta convertirse en extravagante, casi funanbulesca. Monsieur Gallet no era, ni mucho menos, el que todos creían.

Uno de los libros del famoso comisario Maigret. El autor, Georges Simenon, abusa mucho de las exclamaciones en este libro; tanto, que a veces hasta la voz del narrador las usa. Las descripciones son poco elaboradas, apenas un párrafo para los lugares y una frase para los cambios de escena, esto puede ocasionar que en unas pocas páginas el protagonista cambie radicalmente de situación, desconcertando al lector. Por otro lado, los personajes están muy bien descritos y dotados de personalidades definidas. Es común que Simenon resalte rasgos característicos, como una palidez extrema o un peinado llamativo para diferenciar mejor a la telaraña de personas que dan forma al caso. Por lo general el mensaje del escritor es ambiguo, no suele haber culpables e inocentes absolutos, y la novela El difunto filántropo, no es una excepción en ese sentido.


Leí en una ocasión, que las descripciones en las novelas son como la grasa en el cuerpo humano; si es muy abundante, es malo para la salud; y si no hay nada de ella, sólo tenemos un esqueleto. A pesar de que las novelas de Simenon sean casi un "esqueleto", la historia es muy atractiva y se deja leer en un par de horas. A mí personalmente, estos libros me dan la sensación de que podrían ser sin problemas un episodio de Colombo, salvando las distancias, por supuesto. Aparte de las numerosas novelas que Simenon ha escrito sobre Maigret, se han hecho varias series para la televisón. En Francia se han rodado una miniserie y dos series, en Inglaterra tres series y en Italia otra. Quizá la más conocida sea la protagonizada por Michael Gambon, el mismo actor que interpretó a Albus Dumbledore en Harry Potter.

Simenon es un escritor muy prolífico y ha escrito muchas novelas, voy a dejar aquí la extensa lista de las que han sido protagonizadas por Maigret:

  • Pietr el Letón (Pietr-le-Letton) (1931)
  • El difunto filántropo (M. Gallet décédé) (1931)
  • El ahorcado de la iglesia (Le pendu de Saint-Pholien) (1931)
  • El asesino del canal (Le charretier de la Providence) (1931)
  • La cabeza de un hombre (La tête d’un homme (L’homme de la Tour Eiffel) (1931)
  • El perro canelo (Le chien jaune) (1931)
  • La noche de la encrucijada (La nuit du carrefour) (1931)
  • Crimen en Holanda (Un crime en Hollande) (1931)
  • La taberna del puerto (Au rendez-vous des Terre-Neuves) (1931)
  • La bailarina del "Gai-Moulin" (La danseuse du Gai-Moulin) (1931)
  • La amargura del condenado (La guinguette à deux sous) (1932)
  • El puerto de las brumas (Le port des brumes) (1932)
  • La sombra chinesca (L’ombre chinoise) (1932)
  • El caso Saint-Fiacre (L’affaire Saint-Fiacre) (1932)
  • Entre los flamencos (Chez les Flamands) (1932)
  • El loco de Bergerac (Le fou de Bergerac) (1932)
  • Liberty bar(Liberty Bar) (1937)
  • La esclusa número uno (L’écluse no. 1) (1933)
  • Maigret (Maigret) (1934)
  • Los sótanos del Majestic (Les caves du Majestic) (1939)
  • La casa del juez (La maison du juge) (1940)
  • Cecile ha muerto (Cécile est morte) (1940)
  • Firmado Picpus (Signé Picpus) (1941)
  • Una extraña sirvienta (Félicie est là) (1941)
  • El inspector cadáver (L’Inspecteur Cadavre) (1941)
  • Maigret se enfada (Maigret se fâche) (agosto de 1945
  • Maigret en Nueva York (Maigret à New York) (marzo de 1946)
  • Las vacaciones de Maigret (Les vacances de Maigret) (noviembre de 1947)
  • Maigret y su muerto (Maigret et son mort) (Diciembre de 1947)
  • La primera investigación de Maigret (La première enquête de Maigret, 1913) (1948)
  • Mi amigo Maigret (Mon ami Maigret) (febrero de 1949)
  • Maigret en Arizona (Maigret chez le coroner) (julio de 1949)
  • Maigret y la anciana (Maigret et la vieille dame) (diciembre de 1949)
  • La amiga de Madame Maigret (L’amie de Mme Maigret) (diciembre de 1949)
  • Las memorias de Maigret (Les mémoires de Maigret) (septiembre de 1950)
  • Maigret en el Picratt's (Maigret au « Picratt's ») (diciembre de 1950)
  • Maigret en la pensión (Maigret en meublé) (febrero de 1951)
  • Maigret y la Espingarda (Maigret et la grande perche) (mayo de 1951)
  • Maigret, Lognon y los gángsters (Maigret, Lognon et les gangsters) (septiembre de 1951)
  • El revólver de Maigret (Le revolver de Maigret) (junio de 1952)
  • Maigret y el hombre del banco (Maigret et l’homme du banc) (1953)
  • Maigret tiene miedo (Maigret a peur) (marzo de 1953)
  • Maigret se equivoca(Maigret se trompe) (agosto de 1953)
  • Maigret en la escuela (Maigret à l’école) (diciembre de 1953)
  • Maigret y la joven muerta (Maigret et la jeune morte) (enero de 1954)
  • Maigret y el caso del ministro (Maigret chez le ministre) (agosto de 1954)
  • Maigret y el cuerpo sin cabeza (Maigret et le corps sans tête) (enero de 1955)
  • Maigret tiende un lazo (Maigret tend un piège) (julio de 1955)
  • Un fracaso de Maigret (Un échec de Maigret) (marzo de 1955)
  • Maigret se divierte (Maigret s’amuse) (septiembre de 1956)
  • Maigret viaja (Maigret voyage) (agosto de 1957)
  • Los escrúpulos de Maigret (Les scrupules de Maigret) (diciembre de 1957)
  • Maigret y los testigos recalcitrantes (Maigret et les témoins récalcitrants) (1958)
  • Una confidencia de Maigret (Une confidence de Maigret) (mayo de 1959)
  • Maigret en la audiencia (Maigret aux assises) (noviembre de 1959)
  • Maigret y los ancianos (Maigret et les vieillards) (junio de 1960)
  • Maigret y el ladrón perezoso (Maigret et le voleur paresseux) (enero de 1961)
  • Maigret y las buenas personas (Maigret et les braves gens) (septiembre de 1961)
  • Maigret y el cliente del sábado (Maigret et le client du samedi) (febrero de 1962)
  • Maigret y el extraño vagabundo (Maigret et le clochard) (mayo de 1962)
  • La furia de Maigret (La colère de Maigret) (junio de 1962)
  • Maigret y el fantasma (Maigret et le fantôme) (junio de 1963)
  • Maigret se defiende (Maigret se défend) (julio de 1964)
  • La paciencia de Maigret (La patience de Maigret) (marzo de 1965)
  • Maigret y el caso Nahour (Maigret et l’affaire Nahour) (febrero de 1966)
  • El ladrón de Maigret (Le voleur de Maigret) (noviembre de 1966)
  • Maigret en Vichy (Maigret à Vichy) (septiembre de 1967)
  • Maigret vacila (Maigret hésite) (enero de 1968)
  • El amigo de la infancia de Maigret (L’ami d’enfance de Maigret) (junio de 1968)
  • Maigret y el asesino (Maigret et le tueur) (abril de 1969)
  • Maigret y el mayorista de vinos (Maigret et le marchand de vin) (septiembre de 1969)
  • La loca de Maigret (La folle de Maigret) (mayo de 1970)
  • Maigret y el hombre solitario (Maigret et l’homme tout seul) (febrero de 1971)
  • Maigret y el confidente (Maigret et l’indicateur) (junio de 1971)
  • Maigret y Monsieur Charles (Maigret et Monsieur Charles) (febrero de 1972)

Todos esos libros que podríamos clasificar dentro del género de novela negra, se pueden encontrar a un precio barato. Perfectos cuando no se dispone de mucho tiempo ya que se leen rápido y las diferentes investigaciones son muy interesantes, tanto que atrapan al lector hasta el final, donde el comisario ata cabos y se descubre lo que ha ocurrido.