Novela corta —unas ciento setenta páginas— de situación. Un soldado alemán toma un billete con destino al frente de la guerra, es decir, a la muerte. Durante el trayecto conocerá a otros dos soldados con los que entabla una amistad pasajera, pero vital. Esta no es una historia gloriosa donde lluevan medallas y se encumbre el honor, sino todo lo contrario: es un viaje dramático lleno de resignación y malos recuerdos. Los tres soldados protagonistas intentan sobreponerse a las experiencias vividas en el campo de batalla, se narran sus recuerdos con la esperanza de atenuar el dolor, juegan, beben... Y el tren sigue su curso inexorable, rápido, directo al humo, la sangre, el fuego.
El autor hace uso de un vocabulario sencillo, sin hacer alarde de florituras que empañen una trama que, sin necesidad de ellas, ya se desarrolla lentamente, porque las dilatadas reflexiones del protagonista ocupan bastante espacio. Las descripciones, por el contrario, son tan breves como eficaces a la hora de crear imágenes: «el mal afeitado», «el rubio». Pero aumentan poco a poco según avanza la trama, sin sobrecargar el texto o detener acciones importantes. Un estilo muy adecuado y cómodo para una novela corta. Heinrich se aprovecha de que el lector sabe que son soldados para ahorrar palabras; usa sólo lo justo para diferenciar primero y completar después.
El tren llegó puntual no carece de profundidad a pesar de su sencillez, Heinrich consigue llevar al lector a su mundo, sentarlo junto a ese pequeño grupo de soldados mientras ellos hacen lo posible para alegrar los días que les quedan. Una buena opción si lográis encontrar un ejemplar a un precio razonable. La novela no es fácil de conseguir, y RBA se ha aprovechado de ello creando una edición rústica y vendiéndola por un precio desgarrador —veinte euros—. Pienso que un libro de ese tamaño debería costar la mitad, sobre todo en esta época. Así lo único que se consigue es la proliferación del libro electrónico, el cual debería ser un complemento y no un sucedáneo.
El autor hace uso de un vocabulario sencillo, sin hacer alarde de florituras que empañen una trama que, sin necesidad de ellas, ya se desarrolla lentamente, porque las dilatadas reflexiones del protagonista ocupan bastante espacio. Las descripciones, por el contrario, son tan breves como eficaces a la hora de crear imágenes: «el mal afeitado», «el rubio». Pero aumentan poco a poco según avanza la trama, sin sobrecargar el texto o detener acciones importantes. Un estilo muy adecuado y cómodo para una novela corta. Heinrich se aprovecha de que el lector sabe que son soldados para ahorrar palabras; usa sólo lo justo para diferenciar primero y completar después.
El tren llegó puntual no carece de profundidad a pesar de su sencillez, Heinrich consigue llevar al lector a su mundo, sentarlo junto a ese pequeño grupo de soldados mientras ellos hacen lo posible para alegrar los días que les quedan. Una buena opción si lográis encontrar un ejemplar a un precio razonable. La novela no es fácil de conseguir, y RBA se ha aprovechado de ello creando una edición rústica y vendiéndola por un precio desgarrador —veinte euros—. Pienso que un libro de ese tamaño debería costar la mitad, sobre todo en esta época. Así lo único que se consigue es la proliferación del libro electrónico, el cual debería ser un complemento y no un sucedáneo.
Así como lo describes parece interesante. Pero 20 euros... Vaya, en una mala sería cuestión de pedirlo a la biblioteca y que sean ellos quienes lo traigan o lo compren.
ResponderEliminar170 páginas a 20 euros me parece un robo a mano armada. Aunque me gusta el argumento.
ResponderEliminarPaloma. Sí, una biblioteca puede conseguirlo. También puede encontrarse —con suerte— en una librería de viejo.
ResponderEliminarOdiealex. 170 páginas la edición que yo tengo, la de RBA tiene 153... Pienso que debería costar bastante menos, sobre todo porque —si la página donde lo miré no miente—, es de tapa blanda.
Este tengo que leerlo !!!!!
ResponderEliminarNo lo conocía y me va el tema. xDDDDD
Saludos.
Es un buen libro, y sospecho que tiene un poco de autobiografía...
ResponderEliminarUn saludo.