lunes, 23 de julio de 2012

El tiburón del pantano

Sólo con leer lo que dice abajo, «Fresh 
water. Fresh meat», nos hacemos una idea
de lo que vamos a ver...
Rediós, qué mala es, rediós... ¿Por qué tuve que encender la televisión ese día? ¡¿Por qué?!

He intentado olvidarla por completo, pero aún tengo recuerdos que no logro borrar del todo. La he visto hasta el final porque quería, necesitaba, saber hasta dónde iba a degenerar el guión.

Empieza así: Un sheriff corrupto —sabemos que es corrupto por su expresión de malo—, un lago y un tiburón mutante metido en una especie de camión cisterna. Una mezcla que no augura nada bueno, ¿verdad? Eso sí, no me preguntéis cómo se ha llegado a ella. No lo sé, pero apostaría a que es un disparate. 

El sheriff, que, recordemos, es un tipo malo malo, perverso a rabiar, hace la vista gorda cuando el «pescadito» termina en el lago. Bueno, es sólo un tiburón mutante, enorme, blindado y que devora todo lo que pilla... seguro que nadie se da cuenta...

 Qué postura. «Tranqui, colega, que aquí no ha pasao ná.
Mejor vamos a casa y conectamos la Wii»
Los personajes son variopintos: un asiático con sobrepeso —y, por lo tanto, superinteligente—; un tipo grande y forzudo —aquí tenemos, una vez más, al clásico grandullón noble y crédulo—; una rubia luchadora, valiente, dispuesta a todo —sí, amigos, el guionista pensaba que sería original poner a una mujer de armas tomar en el 2011. Hola, Lara Croft—; y, entre otros que mejor no mencionaré, está el niñato repelente que es novio de la rubia guerrera; es decir, alguien que va ser devorado por el tiburón. El espectador que ve esa escena exclama: ¡Oh!, qué sorpresa...

También son destacables las reacciones de los personajes tras las muertes, o cuando les acechan. Unos afrontan, impertérritos, el peligro, y otros sobreactúan. Ojo al final, no tiene desperdicio.

Aquí vemos cómo un actor, usando el poder de sus ojos, puede
convertir una escena dramática en comedia pura
El desarrollo del filme os lo podéis imaginar: escualo se come a alguien; escena de búsqueda; sheriff alzando los hombros. «Que se los va a comer a todos», «¡Bah!, a mí qué me vas a contar». En medio de todo eso no podía faltar tampoco el grupillo de adolescentes, los cuales, por supuesto, van en busca de la fiesta interminable. En la portada superior hay dos en una barca. Ahora que lo pienso... ¿esa imagen no es un spoiler? ¡Ah! No, no lo es, porque desde el momento en que la parejita decide hacer una excursión en barca por el lago, ya se puede predecir lo que vendrá luego. Muy emocionante.

¿He dicho que el tiburón está mal hecho? A veces, los efectos artesanales —como el tiburón de Spielberg— superan a los digitales. Esta película lo demuestra en los pocos momentos en los que podemos ver al tiburón entero, porque la mayor parte del tiempo es una mísera aleta de goma.

Voy a dejaros un enlace del trailer. Pensadlo bien antes de hacer clic en él, porque vuestra cordura puede correr un riesgo innecesario. http://www.youtube.com/watch?v=nLqoaI_0lNA Dura un par de minutos, pero es más que de sobra porque no sobreviviríais si fuese más largo.

Si no recuerdo mal, esta escena es de las últimas. Prestad
atención al barbudo. Se está desternillando, y no es
para menos. Yo también lo haría si actuase en tal bodrio

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