A pesar de que en el juego se pueden comprar caballos, yo no los usé mucho porque su manejo es un poco incómodo |
Ahora que la quinta parte de esta saga entusiasma a una enorme cantidad de jugadores afortunados, no he podido resistir la tentación de reinstalar la anterior, con la esperanza de que mi opinión desfavorable cambie. Oblivion fue un juego que me deslumbró durante los primeros días: gráficos geniales, música agradable, multitud de opciones, etcétera. Por si fuese poco, junto a los discos compactos había un mapa de regalo que mostraba una cantidad abrumadora de lugares explorables, tantos que al principio pensaba que la diversión duraría meses. Sin embargo, no tardó en apoderarse de mí una vaga sensación de aburrimiento que se incrementó a medida que profundizaba en el juego, y al cabo de un par de semanas lo dejé. El porqué de ello es simple: a pesar de la libertad de acción, cada uno de los múltiples aspectos que se ofrecían eran someros y cortos; es decir, el proyecto cometió el error común de ser muy ambicioso, y en vez de centrarse en unas pocas posibilidades, haciéndolas así más atractivas, la atención de los programadores se diluyó en un vasto océano de ideas.
Nada más entrar en el mundo que ofrece Oblivion, el jugador debe decidir qué camino escoger entre básicamente tres: guerrero, mago o asesino/ladrón. Hay bastantes posibilidades más, pero al final la mayoría se decanta por lo más sencillo, que suele ser mezclar a un mago con un guerrero. Yo comencé con un guerrero puro, pero los combates resultaron ser tediosos: atacar y protegerse con el escudo; el mago tampoco era complejo: invocar una criatura y lanzar bolas de fuego. Así una y otra vez mientras se recorren las mazmorras repetitivas, pues aunque hay muchas, casi todas se parecen: vistas unas ruinas élficas, vistas todas. Por suerte, existe una opción mucho más entretenida: ser asesino/ladrón. Las misiones de ambos gremios —la hermandad oscura y la banda del zorro gris— son, en su mayoría, más divertidas y variadas, porque hay infiltraciones, falacias, emboscadas... y hasta tienen algunos giros argumentales inesperados. El problema es que no duran mucho, yo sólo jugué una hora diaria y bastó para que las concluyese en poco tiempo. Después lo único que queda es una estatua que te dice quién debe morir una vez a la semana —no tienes que matarlo tú, sino otro—, y una guarida de ladrones paupérrima.
A eso hay que sumarle que tanto el acto de robar, como el de matar, pueden resultar cargantes cuando la historia se termina; así que no queda más remedio que seguir el hilo principal u otros en los que ser un villano no será posible. Existen mods —programas que modifican el juego— que corrigen estos defectos, sin embargo, muchos de ellos no lo hacen de una manera que sea lo suficientemente satisfactoria para eliminar ese deje a tedio que recorre cada rincón; el cual es agravado por un sistema nefasto para subir niveles, ya que los enemigos se ajustan al tuyo, generando que no sea posible hallar al clásico monstruo que sea capaz de derribarte de un golpe, quitándole así mucha emoción a la aventura. Subir niveles es algo opcional, se podría terminar el juego con nivel uno sin problemas, la única traba vendría a la hora de conseguir algunos objetos relevantes que no son imprescindibles. Oblivion puede dar muchas horas de juego a jugadores poco exigentes, también a los que no tengan reparos con los Mods; empero, existe un amplio grupo de personas que, con razón, han quedado defraudadas, y colocan a Morrowind, el anterior de la saga, por encima de éste.
Imagino que en la quinta parte, Skyrim, habrán pulido más el diamante en bruto que era Oblivion; un juego que, para mí, se ha quedado a las puertas de ser una obra maestra del género. Además, cuenta con un considerable número de bugs —errores— que entorpecen la experiencia. En mi partida, por ejemplo, no pude luchar en la arena de gladiadores: un tipo me decía que debía prepararme, que todo estaba listo, y mi oponente no aparecía. Era extraño, porque en otras ocasiones nunca me había pasado; imagino que mi reputación infame asustaría a los rivales... La mejor parte del juego, es cuando se viaja campo a través, y de repente suena la angustiosa música de batalla: un enemigo se acerca. El personaje se prepara enarbolando sus mejores armas, preparado para lo peor, un ogro, quizá un minotauro con los ojos inyectados en sangre... Pero no, lo que sale a nuestro encuentro es un temible cangrejo; al menor descuido puede usar sus pinzas y triturar nuestros pantalones.
Los ogros son unos oponentes temibles, pueden dejarte la armadura como un papel de fumar |
La variedad de enemigos es aceptable, aun así, dejan de sorprender tras varios días de juego. Faltan más criaturas únicas |
Un mapeado amplio y casi exánime |
Un juego de esos que tengo pendientes. Yo siempre me elijo personajes pícaros/ladrones/asesinos, dan mucho más juego.
ResponderEliminarLo que más me gusta del asesino, es cuando recorres una mazmorra en sigilo y matas a un enemigo por la espalda de un único golpe. Y si no puedes hacerlo porque mira en tu dirección, lo acribillas con el arco sin que sepa de dónde vienen las flechas xD.
ResponderEliminarDe todas formas sigo con esa sensación de que falta «algo».
Para juegos de Rol bueno o el Demon´'s souls o el dark souls. Los recomiendo.
ResponderEliminarLa continuación del Oblivion parece que no se desmarca demasiado en cuanto al aburrimiento.
Pues para mí Oblivion fue uno de los mejores juegos de aquella oleada, sin importarme aquellos pequeños errores (comprensibles si tenemos en cuenta la amplitud y ambición del proyecto).
ResponderEliminarCon un equipo y un monitor aceptable, al menos yo me quedaba pasmado cada vez que recorría un dungeon o unas ruinas.
Y Cuántas horas de aventuras... ¿Fui el único que mediante un pincel mágico entró en un cuadro para rescatar al pintor de los monstruos de su imaginación, por poner un ejemplo de quest?
¡Leñe Pedro! Hemos mandado un mensaje a la vez xD. Borré el mío para contestaros a los dos en uno solo (manías). ^^
ResponderEliminarOdiealex. No los conozco, pero por las buenas notas que les dan y las opiniones de la gente deben ser buenos. Skyrim puede ser muy genial si se basan en Oblivion y profundizan un poco más.
Yo, como jugador de rol de la vieja escuela xD, quizá soy demasiado exigente con los videojuegos de esta clase, ni siquiera los considero juegos de rol, porque no lo son. La libertad que ofrece un juego de rol clásico de toda la vida es muy superior, sólo la imaginación de cada cual es el límite.
Pedro. Lo entiendo perfectamente, para muchas personas el Oblivion fue un gran juego; a mí me aburre un poco, pero lo cierto es que el Oblivion es el único de los que tengo que aún me entretiene..., mentiría si no dijese que yo pasé muy buenos ratos con él. Estoy rejugándolo con mods y la verdad es que gana bastante: mi asesino tiene ahora un aspecto impresionante con la capucha y la capa de "capes and cloaks".
Ahora estoy buscando un mod que incremente el número de enemigos, sé que lo hay, pero se me olvidó el nombre :(