Si han leído Momo de Michael Ende, sabrán de quiénes hablo: nada más y nada menos que de los terribles ladrones del tiempo. Me veo en la obligación de comunicarles un asunto muy grave que debe ser atendido con la máxima urgencia.
Los hombres grises existen.
Descubrí esto en mi habitación. Estaba leyendo un libro cuando la calefacción se apagó sola, así que intenté conectarla de nuevo; pero me resultó imposible, así que di por sentado que debía tratarse de una avería. Entonces una brisa gélida comenzó a manifestarse, y la puerta de mi cuarto se abrió, dejando pasar a un tipo trajeado con un rostro ceniciento. Pronto el humo de su cigarro llenó todo el espacio, y no lo apagó a pesar de que me llorasen los ojos. Me dijo que leer era una pérdida de tiempo y que debía dedicarme a otras actividades más productivas e importantes; también añadió que dejase este blog, diese al gato en adopción y que gastase más dinero para ayudar al funcionamiento del país. Imagino que no se esperaba mi reacción: con la velocidad de una serpiente le agarré el cigarro, arrancándoselo de la boca. Después de eso lo vi desaparecer sin dejar rastro. Lo que él desconocía, es que yo tengo noticias de sus actividades desde hace mucho tiempo, y entre otras cosas sé cómo destruirles. El problema es que son demasiados.
El único motivo por el que pululan entre nosotros, es que se lo permitimos. Aún queda mucho tiempo antes de plantearse la posibilidad de que se extingan, son fáciles de reconocer; pero también de olvidar, y una vez que nos visitan es probable que solamente recordemos sus consejos, que seguiremos a rajatabla por parecernos lo más lógico. Seguro que muchos de ustedes ya han recibido una visita suya y no la recuerdan. En ese caso pueden verse envueltos en multitud de actividades febriles con el único objetivo de ahorrar tiempo y obtener más beneficios. Deben saber que en realidad todas esas horas ahorradas se pierden para siempre, consumiendo su vida a una velocidad vertiginosa, y cuando sea demasiado tarde será el momento en el que se den cuenta. Ahora que saben de su existencia espero que me ayuden a terminar con esa plaga. O al menos ayúdense a sí mismos y no les hagan caso cuando los tengan al lado tomando apuntes con ese bloc gris.
No puedo ayudarles a reconocerlos, porque muchas veces toman distintas formas. Duden de cualquier indicio que muestre algún tipo de obsesión por el robo de lo inmaterial -lo más importante-, sobre todo del tiempo y la amistad. Por otro lado, la frialdad que se suele sentir en su presencia es inconfundible. El problema es que están en todas partes: la radio, el cine, la televisión, los periódicos...
Su mayor enemigo son los niños, porque estos son más proclives a malgastar el tiempo; sin embargo ya se están apoderando de ellos, incitándoles a jugar con todo aquello que no fomente su imaginación y haciéndoles dependientes de lo absurdo. No espero que crean todo lo que acabo de contarles, pero que al menos sirva para que puedan eludir con éxito el problema de las sanguijuelas de los minutos. A veces es imposible debido a que la sociedad puede atraparles en una cárcel sin paredes, en ese caso intenten pasar su tiempo lo mejor posible. Pues el tiempo es el bien más valioso que tenemos, y regalarlo a quien no se lo merece puede ser el mayor error que cometamos.
Me ha encantado tu entrada. Además de recordar un buen libro como es Momo has puesto el dedo en la llaga de uno de los problemas que pueden tener los niños de ahora.
ResponderEliminarEnhorabuena
Por desgracia Odiealex, los adultos son los más fáciles de capturar, y la mayoría se encuentran en sus garras. Ya sabes, si ves alguno no le hagas caso :-)
ResponderEliminarUn saludo.
Todos vivimos con tiempo prestado Watson, todos.
ResponderEliminarUna gran novela y muy original.
Un saludo.
Mi cigarro va quemando el tiempo,
ResponderEliminartiempo que se convirtió en ceniza
¿Estaré convirtiéndome en un hombre gris, en un ladrón del tiempo? Por si acaso apago el cigarro.
Muy buena entrada.
Un saludo.
Randall, sí que es original el libro. Una curiosidad de la película: En la primera escena sale Ende con uno de los personajes.
ResponderEliminarLobo, puedes estar tranquilo, los que narran historias son uno de los enemigos naturales del hombre gris común.
Me encantaba Momo en su día, gracias por traérmelo a la memoria de nuevo, a sido agradable. Yo vivo rodeado de "hombres grises" y debo fingir ser uno de ellos para pasar desapercibido. Algún día escaparé...
ResponderEliminarFeliz año nuevo querido Watson, espero que al menos nos vaya ,mejor que en 2010.
Un abrazo.
Hola Sibarita, Feliz año a ti también ;-)
ResponderEliminarno se si en verdad existan pero con o sin ellos uno ace su vida de manera acelerada el colegio, trabajo etc.. yo me di cuenta de eso i aora le dedico as tiempo a acer cosas q qiero, ando mas relajado, i aunque sigo aciendo lo que ago lo realizo mas detenidamente
ResponderEliminarotra cosa que me gustaria decir es que los hombre grises pueden traspasar paredes, si no es asi como es que pueden entrar a un cuarto, yo si viera uno en vez de qitarle su cigarro lo amordazaría y le diria que quiere
ResponderEliminarHola anónimo. Sí que existen, pero en realidad no son grises ni nada por el estilo; son una crítica al consumismo desmedido, a veces las empresas tienen la capacidad de influir demasiado en la vida de la gente.
ResponderEliminarAllí donde esté una persona a la que le hayan devorado gran parte de su tiempo, están los hombres grises. De todas maneras no son los más peligrosos, hay otros hombres en la cúspide que también necesitan alimentarse de algo. Dinero. Y al hacerlo despojan a otros de lo más esencial.