Con este libro podrás descubrir algunas curiosidades de Marte |
Como está de moda viajar al planeta rojo, voy a proponer una manera mucho más sencilla e inofensiva para llegar hasta él: la lectura de A través de Marte. Novela escrita, además, por Geoffrey A. Landis, experto en el tema.
Un vistazo superficial al argumento puede dar la impresión de que ya se ha visto innumerables veces en el cine —un grupo de astronautas viajando en una estrecha nave y sufriendo los percances acostumbrados—; pero no hay que dejarse engañar: aunque la fórmula es poco original, su interesante desarrollo lo compensa. Landis utiliza buenos cebos para pescar al lector. Entre ellos, el más importante es el de la incertidumbre sobre quién sobrevivirá, porque los astronautas, cuatro hombres y dos mujeres, deberán recorrer una distancia considerable en un planeta inhóspito, abrupto, solitario.
El motivo del viaje es alcanzar la distante nave de una expedición anterior, pues la que iban a utilizar para el regreso tuvo un problema irreparable. La desgracia no acaba ahí: sólo caben dos personas en el único medio que les queda para volver. De manera que aun si logran alcanzar su meta, tendrán que decidir cuáles son los afortunados que regresarán a casa. Esa situación funesta corroe profundamente la moral del grupo, y el alborozo inicial por encontrarse en Marte se convierte en desazón. A través de Marte narra una historia similar a aquellas expediciones peligrosas que había antaño... ésas cuyo final no resultaba muy agradable.
Landis se toma su tiempo para desarrollar a los personajes mediante varias analepsis —flashback—, y los completa dotándoles de un pasado interesante. Son pequeñas historias que adolecen de ser un poco corrientes; pero sirven para conocer y visualizar mejor a cada astronauta.
La estructura de la novela es su punto flaco; ¿veintisiete capítulos sólo en las primeras ochenta páginas? Demasiados. Las frecuentes pausas dan la sensación de que se está leyendo un diario o un blog. Puede que fuese lo que el autor buscaba, pero tanto salto de aquí para allá es agotador. Llegó un momento en el que yo ni leía los títulos... Debes tener en cuenta que éste ha sido un punto flaco para mí; a lo mejor a ti te agrada esa parcelación superlativa, la cual hace que el libro sea más corto de lo que parece.
De la traducción diré que es correcta. Podría mejorarse porque no está exenta de errores. Disgustará a los más puntillosos y satisfará a los menos. Reitero, es mejorable, pero no debería ser un obstáculo si quieres visitar Marte. ¿Habrá allí algún bonito souvenir?
Un vistazo superficial al argumento puede dar la impresión de que ya se ha visto innumerables veces en el cine —un grupo de astronautas viajando en una estrecha nave y sufriendo los percances acostumbrados—; pero no hay que dejarse engañar: aunque la fórmula es poco original, su interesante desarrollo lo compensa. Landis utiliza buenos cebos para pescar al lector. Entre ellos, el más importante es el de la incertidumbre sobre quién sobrevivirá, porque los astronautas, cuatro hombres y dos mujeres, deberán recorrer una distancia considerable en un planeta inhóspito, abrupto, solitario.
Esta cubierta foránea no termina de convencerme; esas letras... |
Landis se toma su tiempo para desarrollar a los personajes mediante varias analepsis —flashback—, y los completa dotándoles de un pasado interesante. Son pequeñas historias que adolecen de ser un poco corrientes; pero sirven para conocer y visualizar mejor a cada astronauta.
La pasión de Landis por la ciencia salta a la vista |
De la traducción diré que es correcta. Podría mejorarse porque no está exenta de errores. Disgustará a los más puntillosos y satisfará a los menos. Reitero, es mejorable, pero no debería ser un obstáculo si quieres visitar Marte. ¿Habrá allí algún bonito souvenir?
Me lo apunto. A pesar de los posibles fallos narrativos, un libro así escrito por un trabajador de la NASA tiene su atractivo.
ResponderEliminarSi el tema te gusta, es posible que ni te fijes en los fallos. :D
EliminarEsta novela me gusta su temática... Me la apunto para su lectura.
ResponderEliminarBuena elección, Odiealex. Leerla es como dar un paseo por Marte.
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