martes, 28 de octubre de 2014

Patriotas, la novela que logró trastornar a Watson

Menudo fantasma
Si nos tomamos este mazacote como una novela, fracasa; en cambio, como guía de supervivencia... también fracasa. Huid de ella todo lo que podáis, insensatos.

No, en serio, ¿tengo que reseñarla? ¿No basta con mi palabra? Pues vale, empecemos fuerte: esta «novela» es lo peor que he leído en mi vida, y dudo que encuentre algo parecido a menos que me ponga a rebuscar entre obras de autores sin ninguna experiencia. James Wesley fue incapaz, en mi opinión, de novelizar su guía para sobrevivir al desastre económico. Me resulta indiferente que el tipo sea conservador, meapilas y amante de las armas, porque eso no impide que sea un buen novelista. Además, parece que entiende del tema, ya que tiene un célebre blog que habla sobre cómo salir airoso en situaciones extremas. Y lo califico de célebre por sus más de sesenta millones de visitas. Se nota que a muchos estadounidenses les preocupa que todo se venga abajo de un momento a otro; la excusa perfecta para liarse a tiros con sus queridos rifles. 

El dinero ya no sirve; mejor hallar
comida o munición. Vuelve el trueque
Como decía, las ideas del autor no me importan; pero éstas sólo contribuyen a emperorar una obra que ya es mala de por sí, pues delatan sus paranoias. Los protagonistas son unos aficionados a la supervivencia que, mucho antes de que reine la anarquía, deciden prepararse para lo peor: se entrenan con armas, acopian provisiones, refuerzan la seguridad. Hacen lo de siempre, lo que es común en estas historias; sin embargo, devotos hasta la náusea, rezan cada vez que tienen la más mínima oportunidad, y la Biblia es importantísima, imprescindible; sin la Biblia no se puede sobrevivir. Reconocerás a los personajes virtuosos, tanto los de dentro como los de fuera del grupo, porque tienen fe en Dios*. ¿Y cómo describe James a los primeros saqueadores que aparecen? De esta manera: comunistas que van por ahí con el libro rojo de Mao en la mochila, y —presta atención— comen niños. Comunistas caníbales. Lamadrequeloparió. Mira que yo no simpatizo con esa ideología; mas esto es demasiado, se pasa un millón de pueblos, y países, y galaxias.

*Hay un agnóstico, pero es algo así como el Heimdall negro: está para darle a la obra un aire de corrección política; o sea, una cobardía.

No encontré buenas fotos del autor.
Debe de ser éste, creo
Aun con todo lo anterior, la trama podría ser atractiva e incentivar a los lectores; al fin y al cabo, los protagonistas tratan de resistir en medio del caos, darle una dosis de plomo a cualquier sospechoso que quiera arrebatarles el refugio. No voy a mentir: algunos momentos de tensión consiguen entretener hasta cierto punto, con todo, son oasis rodeados de datos innecesarios, descripciones apelotonadas y diálogos absurdos. Al autor no le importa lo artificial que quede su «novela», sacrifica fluidez a cambio de meter morralla inútil... a menos que seas un survivalista de Idaho.

Los que estén MUY interesados en estas historias, quizá puedan sacarle algo de provecho; los que no, mejor que no se acerquen ni con un palo. James tiene muchos conocimientos de supervivencia, sin embargo, no sabe nada de la condición humana. Debería ponerse a ver The Walking Dead; ahí se han atrevido a romper estereotipos, caricaturas, y mostrar las cosas como podrían ocurrir.

—En el correaje tengo seis cargadores de repuesto para el M1A: uno cargado con munición de competición, uno con munición de ciento cincuenta granos y punta blanda, y el resto con munición de punta redonda. Una multiherramientas Gerbe. Dos cantimploras. En la parte externa de la mochila llevo enganchado un kit de primeros auxilios para paracaidistas. Dentro, llevo el kit de limpieza y unas cuantas piezas de repuesto para el M1A. Un saco de dormir Wiggy. Un poncho. Varios pares de calzoncillos y calcetines. Un uniforme de combate adicional. Lo que queda de la tienda de campaña Tube Tent. Cinco raciones de combate. Cuatro latas de chile con carne. Una bolsa de tiras secas de venado. Algo de lechuga de minero... 

Y sigue durante un rato largo, pero ya me cansé.

Aconsejo, por razones obvias, buscar otras opiniones. Yo he sido incapaz de ser equilibrado. 

4 comentarios:

  1. Buf, estas cosas me sublevan. La entrada me ha encantado, pero al libro no me acerco ni aunque me paguen... ¬_¬

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    1. Y el final intenta defender el uso de armas en los centros educativos. «Si este joven desea llevar armas, sean cuales sean las razones que tenga para hacerlo, esa cuestión es decisión suya», dice un profesor.

      Pues a lo mejor te divertiría leerlo, porque es como ver una peli cutre.

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  2. He regresado a leer sus reseñas... Y le recuerdo que efectivamente ha leído algo peor: mis cuentos >:D :) Enserio creo que le sangraban los ojos al leer mis viejos textos pero también quería decirle que he mejorado gracias a sus consejos :) XD ¨Pues vale, empecemos fuerte: esta «novela» es lo peor que he leído en mi vida, y dudo que encuentre algo parecido a menos que me ponga a rebuscar entre obras de autores sin ninguna experiencia¨.

    Como sea, :) >:D Sus reseñas son lo mejor y los libros... ¡PUF! Una genialidad.

    Posdata: Hola :F

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    1. Epa, cuánto tiempo. No es necesario que me trates de usted, Andrés.

      Me parece difícil que escribas algo peor que Patriotas. Además, recuerdo haber leído cosas tuyas que me gustaron.

      ¿Mis consejos? A mí no me hagas mucho caso xD. Si te gusta la literatura, y lees, mejorarás continuamente. Otra cosa es que, tras unos cuantos años, quieras escribir para explorar nuevos territorios o repetir una fórmula que te haya funcionado.

      Mira, Moore sí que se explica bien:

      https://www.youtube.com/watch?v=JdcT2UNNLm4

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