Los que conozcan juegos como Diablo sabrán, más o menos, qué es un roguelike, pues éstos son los abuelos del género. Suelen tener gráficos ASCII, un áspero sistema de caracteres; o tiles, «azulejos» que le dan al juego imágenes más sencillas de interpretar; así no hay que consultar un manual cada vez que una temible «F» ataca a nuestra pobre «@». Dungeon Crawl tiene un buen sistema de tiles, pero también puede jugarse —yo no lo haría— en ASCII.
Este simpático juego es el sucesor de Linley's Dungeon Crawl, rogue que apareció en 1997. El objetivo es explorar mazmorras e ir descendiendo, poco a poco, a los niveles inferiores, donde habrá que buscar las codiciadas runas de Zot. Hacen falta, al menos, tres de las quince. Luego hay que conseguir el orbe de Zot y escapar con vida. Hay gente que en dos años sólo lo logró una vez, porque esto no es Diablo, Sacred, Titan Quest... esto es un verdadero reto que podrá llegar a desesperarte si no te lo tomas con humor. Ya sabes, losing is fun.
Por mucha experiencia que tengas, el azar tiene un papel importante: pergaminos que explotan, invocaciones fallidas —«Yo quería invocar un simple mapache, no a Nyarlathotep»—, emboscadas inesperadas, enemigos únicos demasiado poderosos, fantasmas de jugadores muertos, objetos malditos, veneno. La lista es larga, pero no te preocupes: Dungeon Crawl no es de los rogues más complicados, por algo es uno de los que recomiendan para empezar. Además, en el enlace que dejaré al final, donde podrás descargar el juego gratuitamente, también pueden verse partidas en «Play Webtiles» y aprender un poco de ellas.
Yo no soy un jugador inveterado, ni mucho menos; aun así, voy a darte una serie de consejos con la esperanza de que esas primeras partidas no se conviertan en una pesadilla frustrante.
«Qué verde era mi orco».
Después de jugar el tutorial y haber pensado un nombre bonito —Krug el aplastacráneos—, llega el momento de montar a nuestro primer personaje. Como puedes ver en la imagen de arriba, hay más de veinte razas entre las que elegir. Mucho cuidado con ello, no es ninguna tontería porque cada raza tiene sus características propias: los ogros son muy fuertes, pero las armaduras les quedan demasiado pequeñas y no se las pueden poner; los minotauros, en cambio, sí pueden llevar cualquier pieza de armadura salvo el casco. Un spriggan es rápido y escurridizo; una momia... no, aunque al estar muerta no tendrá que preocuparse mucho por la comida. Podría comentar, detalladamente, cada una de las razas; mas no lo haré porque creo que experimentar con ellas forma parte de la diversión.
Han incluido una raza nueva que no aparece en la imagen: los octópodos, pulpos de mirada torva que pueden llevar ocho anillos mientras los demás deben conformarse con un par. No recomiendo hacer un personaje de esta raza al principio, cuando aún no se conoce bien el juego.
¿Has escogido ya la raza que te gustaría probar? Pues sigamos.
«¿Puedo ser un banquero?».
Ahora debes tener en cuenta algo muy importante: los magos son difíciles de llevar en los primeros niveles, donde tienen poca energía y luchan de pena; es normal que, incluso siendo un genio de Dungeon Crawl, encuentres una situación terrible de la que no podrás huir. ¿Qué?, ¿que te da lo mismo y quieres un mago? Entonces te alegrará saber que hay nigromantes e invocadores, ambos mucho más sencillos que los hechiceros elementales. Eso sí, mucho cuidado con lanzar magia si tienes encima el estado contaminated, malas cosas pueden suceder. Para quitártelo basta con hacer clic en él. Dormir creo que también sirve.
Si optas por un guerrero, los enanos son siempre una buena opción. No se curan de forma natural —el que más rápido se cura así es el troll—, sino usando la magia de una varita curativa. La varita tiene un uso limitado, pero el enano puede recargarla con una habilidad innata. También puedes probar al clásico arquero élfico, un personaje sencillo y más letal de lo que parece. Las posibilidades son muchas y descubrirlas será muy divertido, tanto como las razas. Lo interesante es hallar combinaciones eficaces que sirvan para sobrevivir en esas duras mazmorras atestadas de trampas y enemigos.
Este simpático juego es el sucesor de Linley's Dungeon Crawl, rogue que apareció en 1997. El objetivo es explorar mazmorras e ir descendiendo, poco a poco, a los niveles inferiores, donde habrá que buscar las codiciadas runas de Zot. Hacen falta, al menos, tres de las quince. Luego hay que conseguir el orbe de Zot y escapar con vida. Hay gente que en dos años sólo lo logró una vez, porque esto no es Diablo, Sacred, Titan Quest... esto es un verdadero reto que podrá llegar a desesperarte si no te lo tomas con humor. Ya sabes, losing is fun.
Por mucha experiencia que tengas, el azar tiene un papel importante: pergaminos que explotan, invocaciones fallidas —«Yo quería invocar un simple mapache, no a Nyarlathotep»—, emboscadas inesperadas, enemigos únicos demasiado poderosos, fantasmas de jugadores muertos, objetos malditos, veneno. La lista es larga, pero no te preocupes: Dungeon Crawl no es de los rogues más complicados, por algo es uno de los que recomiendan para empezar. Además, en el enlace que dejaré al final, donde podrás descargar el juego gratuitamente, también pueden verse partidas en «Play Webtiles» y aprender un poco de ellas.
Yo no soy un jugador inveterado, ni mucho menos; aun así, voy a darte una serie de consejos con la esperanza de que esas primeras partidas no se conviertan en una pesadilla frustrante.
Un hechicero spriggan (el mío), a punto de ser apaleado por una salvaje caterva de orcos. Aparecí en esa posición tras bajar por una trampilla, y no me quedaban pergaminos de teletransporte |
Consejos básicos para el aventurero principiante
Selección de raza
«Qué verde era mi orco».
Después de jugar el tutorial y haber pensado un nombre bonito —Krug el aplastacráneos—, llega el momento de montar a nuestro primer personaje. Como puedes ver en la imagen de arriba, hay más de veinte razas entre las que elegir. Mucho cuidado con ello, no es ninguna tontería porque cada raza tiene sus características propias: los ogros son muy fuertes, pero las armaduras les quedan demasiado pequeñas y no se las pueden poner; los minotauros, en cambio, sí pueden llevar cualquier pieza de armadura salvo el casco. Un spriggan es rápido y escurridizo; una momia... no, aunque al estar muerta no tendrá que preocuparse mucho por la comida. Podría comentar, detalladamente, cada una de las razas; mas no lo haré porque creo que experimentar con ellas forma parte de la diversión.
Han incluido una raza nueva que no aparece en la imagen: los octópodos, pulpos de mirada torva que pueden llevar ocho anillos mientras los demás deben conformarse con un par. No recomiendo hacer un personaje de esta raza al principio, cuando aún no se conoce bien el juego.
¿Has escogido ya la raza que te gustaría probar? Pues sigamos.
Selección de oficios
«¿Puedo ser un banquero?».
Ahora debes tener en cuenta algo muy importante: los magos son difíciles de llevar en los primeros niveles, donde tienen poca energía y luchan de pena; es normal que, incluso siendo un genio de Dungeon Crawl, encuentres una situación terrible de la que no podrás huir. ¿Qué?, ¿que te da lo mismo y quieres un mago? Entonces te alegrará saber que hay nigromantes e invocadores, ambos mucho más sencillos que los hechiceros elementales. Eso sí, mucho cuidado con lanzar magia si tienes encima el estado contaminated, malas cosas pueden suceder. Para quitártelo basta con hacer clic en él. Dormir creo que también sirve.
Si optas por un guerrero, los enanos son siempre una buena opción. No se curan de forma natural —el que más rápido se cura así es el troll—, sino usando la magia de una varita curativa. La varita tiene un uso limitado, pero el enano puede recargarla con una habilidad innata. También puedes probar al clásico arquero élfico, un personaje sencillo y más letal de lo que parece. Las posibilidades son muchas y descubrirlas será muy divertido, tanto como las razas. Lo interesante es hallar combinaciones eficaces que sirvan para sobrevivir en esas duras mazmorras atestadas de trampas y enemigos.
Equipo: pergaminos, pociones, armaduras, comida...
«¡Pero qué es esto, Watson! ¡No entiendo qué dicen los pergaminos!».
La primera vez que encuentres un pergamino no sabrás cuál es, aunque averiguarlo no resulta nada complicado: léelo. Vale, sí, existe la posibilidad de que sea un pergamino de inmolación y te quedes sin manos, ¿y qué?, eso forma parte del oficio; nadie dijo que ser aventurero fuese fácil, pregúntale a Bilbo, a ver qué te dice. Hay varios tipos de pergaminos. Si lees uno al azar y es de «quitar maldición», por ejemplo, a partir de ese instante reconocerás a todos los pergaminos de la misma clase que halles tirados por ahí, pisoteados por esos orcos analfabetos. ¡Cuidado!, algunos te maldicen un objeto que lleves encima; así que puede ser una buena idea tener en la mochila unos cuantos de identificación. Estos últimos son especialmente útiles antes de usar un objeto desconocido que no sabes de dónde procede... a saber quién era el dueño antes.
Con las pociones pasa lo mismo: ¿quieres saber para qué es ese potingue naranja? Bebe. Con el tiempo sabrás identificar cada una de las pociones que encuentres.
Es posible que no te hayas dado cuenta, pero tu centauro se está muriendo de hambre. No hay que olvidarse de los víveres. Normalmente, se empieza con un poco de carne, pan... sangre si brillas por el día... Para ahorrar todo lo posible en comida, aliméntate de las criaturas que mates —pulsa «c» encima del cuerpo»—; hazlo rápido, porque la carne de los monstruos se estropea con rapidez. Hay razas que no son tan remilgadas y devoran todo lo que pillan, como los kobold.
¡Venga! Hazte con ese anillo antes de que el ogro se lo coma |
Los caprichos de los dioses
«Release the kraken».
En Dungeon Crawl hay una serie de dioses que puedes adorar. Sus dádivas varían. A Trog, el iracundo dios de la rabia, le gusta regalarte armas cuando está contento; pero no cometas el error de adorarle si eres aficionado a la magia, porque se puede cabrear; de hecho, pocas cosas le hacen más feliz que verte quemar libros de magia. Podéis ver la lista completa de los dioses en la wiki del juego. Elige al que más se adecúe a la estrategia que quieras seguir. Si te va eso de levantar muertos, Yredelemnul es un tipo muy interesante.
Puedes ofrecerles sacrificios orando encima de un cadáver —tecla «p»—. Y, por supuesto, existe la posibilidad de abandonarles, aunque no les va a parecer bien... No te preocupes si no encuentras rápido el dios que buscas, ya que pueden encontrarse templos ecuménicos con un montón de altares en su interior. ¿Te parece un peñazo esto de los dioses? Haz un semidiós, esa raza no sigue a ninguno; aunque te advierto que es mucho más fácil jugar con un dios que esté apoyándote.
Y éstos han sido mis consejos.
¿Te atreves con este rogue? Pues ya sólo te queda hacer clic aquí. Tarda poco en descargarse. ¡Buena suerte en las mazmorras, aventurero! ¡Que los dioses te ayuden!
Pues este no me suena, y mira que soy aficionado al rol.
ResponderEliminarNo es muy conocido. Supongo que sólo le gustará a las personas que tengan un poco de tesón, porque se aprende a base de morir una y otra vez.
EliminarTremendo el artículo, compañero. A ver si tengo tiempo de probar el juego, aunque no sé si podré porque precisamente ahora he empezado con Arcanum, un rpg de fantasy-steampunk que siempre he querido probar y al que por una u otra razón nunca he jugado desde que salió a la venta, en (consultando wikipedia...) 2001. Llego doce años tarde, pero llego, jeje.
ResponderEliminarMe hubiese gustado hacer una guía, pero eso requeriría un montonazo de tiempo... Te recomiendo, en caso de que lo pruebes, empezar con un orco "priest", así te convertirás en el mesías de los orcos e irás acompañado de un ejército. Ojo con la confusión, eso sí, que como le pegues a un seguidor...
EliminarEl Arcanum lo conozco de verlo por ahí, aunque nunca lo probé. Tengo que catarlo porque tiene pinta de gustarme.