lunes, 20 de junio de 2011

La larga marcha

Gran cubierta, aunque un poco
embustera
Stephen King es un escritor que suele ser infravalorado por culpa del género que ha escogido, y por despuntar dentro del mismo. Pero la realidad es que ha creado grandes obras, como por ejemplo: La larga marcha. Una novela de ciencia ficción que se aleja de aquello a lo que King nos tiene acostumbrados, en la que cien corredores deberán participar en una siniestra competición donde detenerse significa «recibir un pasaporte»; es decir, ser disparado por un policía. No hay descanso, la competición sólo terminará cuando quede uno en pie. La recompensa final es sugestiva: cualquier cosa que se desee por el resto de la vida. También es efectiva, porque cada año miles de adolescentes se animan a participar a pesar de que entrar no es fácil, pues se deben superar una serie de pruebas y ganar un sorteo.

Así mejor, un buen resumen
Lo que en un principio puede parecer la clásica novela futurista desarrollada en un marco distópico, es en realidad una ucronía contemporánea de Estados Unidos, esto se infiere de algunos sucesos que se mencionan. Cada uno de los capítulos comienza con una cita irónica, en muchos casos extraída de algún concurso televisivo: «tendrá usted treinta segundos, y recuerde, por favor, que su respuesta debe efectuarse en forma de pregunta». Estamos ante una sociedad alternativa dominada por un estado policial y víctima de un paroxismo perverso, que tiene hambre de un juego extremo donde la apuesta es la vida. ¿Se convertirán los programas televisivos en algo parecido con el paso del tiempo? Porque esto podría ser una evolución negativa de los mismos, en los que muchas veces se usa el dolor a cambio de dinero: meter una mano en agua electrificada levemente para sacar una llave. O peor aún: la humillación.

King, excelente escritor; pero además, sin él,
el cine de terror despediría más miasma
La realidad es que el camino que siguen las cadenas televisivas es, por el momento, bastante oscuro. Porque la insana mezcla de participantes concupiscentes y público ávido de placeres visuales cada vez más duros, puede dar lugar a resultados cada vez más lacerantes. Sin olvidar la mercancía de vidas quiméricas que circula a través de los canales más vistos. Teniendo eso en cuenta, no es muy descabellado plantearse la pregunta mencionada anteriormente. La larga marcha podría ser profética. A pesar de que el argumento es tan válido como atrayente, King suele cometer el error de inflar demasiado las novelas, dando a veces la sensación de que no sabe cómo o cuándo darlas por terminadas. Eso no ocurre en ésta, pues tiene el tamaño justo, aunque el final puede resultar un tanto críptico.

Las similitudes entre esta película
y El fugitivo, son mera
coincidencia (no)
Personalmente hubiese preferido que alargase un poco más la trama, por ejemplo, con la inclusión de un epílogo que detallase mejor el futuro del protagonista. El libro ha inspirado a muchos escritores y guionistas. Lo más destacable sería el filme Perseguido, el cual está basado en otra novela de King que tiene ciertas similitudes —El fugitivo, ésta sí que hace una crítica genial al mundo televisivo—; aunque no lo parece, debido a que está diseñado para que el actor principal se luzca; de todas formas, si se rasca un poco la superficie está claro de dónde viene la base del concepto principal. Otras referencias podrían ser Smash T.V, un videojuego arcade, y Rollerball, película anterior a la novelas; ambas creaciones muestran una competición sanguinaria en el futuro, acercándose más a lo que se podría denominar «distopía». Son muy interesantes todas esas ventanas a una realidad alternativa, ya que al igual que haría un jugador de ajedrez, anticipan una de las posibles  próximas jugadas del sistema. «Panem et circenses».

Esta cubierta me hace dudar
Lo que La larga marcha nos sirve en bandeja, es mucho más interesante de lo que puede parecer al principio —cien corredores; un ganador; noventa y nueve muertos—, pues tiene muchas posibilidades, y la mayoría de ellas son aprovechadas con eficacia. Desde las relaciones que se van formando entre los participantes, hasta la dureza misma del reto. Todo rodeado con los nombres de aquellos que han tenido que detenerse y, a consecuencia de ello, yacen en los bordes de la carretera. Al parecer, Frank Daranbont, director, entre otras películas, de Cadena perpetua o La milla verde, ha adquirido los derechos de este libro y se dice que planea llevarlo a la pantalla grande. De momento lo que ha hecho hasta ahora no está mal, así que quizá su proyecto merezca la pena si llega a ver la luz algún día.

7 comentarios:

  1. Esta si que la lei, siendo adolescente, en su momento me gustó, pero no se si el tiempo habrá pasado bien por ella.

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  2. Seguro que si repites te volverá a gustar. Es de las primeras que escribió King -no estoy seguro de si fue la primera-, quizá por eso se diferencia tanto de otras obras suyas.

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  3. No conocia la novela, me la apunto para alguna ocasión.

    Buena entrada y buen texto.

    Saludos!

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  4. No la he leído... es de las que escribió bajo pseudónimo, ¿no?

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  5. Lorenzo, gracias. Veo que has estrenado blog, más tarde le echaré un ojo.

    Pedro, sí, es de las que escribió con el nombre de Richard Bachman; lo que pasa es que como ya se sabe que era él, en las novelas ponen su nombre más grande. Yo a estas alturas quitaría de las novelas el pseudónimo de marras...

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  6. No la he leído pero tengo ganas. No sabía que la película de chuache estaba basada en una novela de Stephen King. Pero claro que si usaba otro nombre... xDDD
    Ahora me quedo con ganas de leer el libro y ver de nuevo la película !!!

    Salu2

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  7. Hola Randall, se me fue la pinza y no dije —ya está corregido—, que esa peli se basa en "El fugitivo", no en "La larga marcha".

    Es decir, lee "El fugitivo" xD. Por cierto, es mejor el libro que la peli.

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